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J. C. D.
Miércoles, 20 de febrero 2019, 00:30
Vox denunció ayer una campaña de acoso a sus sedes y afiliados, de la que acusa al «movimiento del 'podemismo' leninista». El letrero con la imagen corporativa del local de Pola de Siero apareció el pasado domingo, horas después de su inauguración, con una segunda pintada, que decía 'Asturies sedrá la tumba'l fascismu' con el símbolo anarquista debajo. Y también denunció que el vehículo particular del presidente de Vox Siero, Alejandro García, fue «totalmente rayado con un elemento metálico».
El partido agradeció ayer la eficiente actuación de la Policía, que tras presentar la pertinente denuncia, «ha identificado a los autores de tales salvajadas, gracias a las cámaras de vigilancia ubicadas en el entorno de los hechos. La vicesecretaría jurídica de Vox anuncia que va a denunciar estos hechos, y todos los similares que se produzcan en España, «como delitos de odio, toda vez que su fundamento no está en el simple vandalismo contra la propiedad, sino en la agresión contra entidades y personas por razón de ideología». Y confía en que los jueces y fiscales «así lo entiendan».
Subraya que reparar esos daños contra la propiedad «cuesta dinero a los afiliados de Vox, el único partido que no se financia con fondos públicos». Y responsabiliza de esos ataques «a los partidos denominados de izquierdas, cuyos dirigentes, día sí y día también, nos insultan y agreden con sus declaraciones en los medios de comunicación».
Vox lamenta que «esa izquierda osa en calificarse como 'democrática', mientras se dedica a señalar y a 'marcar' a los demás como fascistas, del mismo modo que los nazis marcaban los locales de los judíos y los estalinistas a los ucranianos nacionalistas».
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