Secciones
Servicios
Destacamos
M. RIVERO
LA FRESNEDA (SIERO).
Lunes, 3 de enero 2022, 00:52
Por cuestiones de salud dejó su trabajo como funcionaria en Oviedo y desde entonces se dedica a pintar, a sus hijas, a su madre, a sus amigas... Se confiesa feliz viviendo desde hace tres lustros en La Fresneda. Ella es Marian Areces (Aviléw, 1967) y ... sus 'avatars' para el enlace entre el tenista gijonés Pablo Carreño y su pareja, Claudia Díaz, la han puesto en el punto de mira del arte asturiano.
Se trata de retratos a media cara pintados sobre tablas de tarima flotante cuyo «interés» ha crecido desde la boda, especialmente como regalos. «Tengo muchos encargos personalizados de este tipo», confiesa.
Cuenta que la idea de estos 'avatars' viene del sánscrito y significa «deidad que viene a la tierra a salvarnos». El formato, desarrolla, trata de emular que «ellos están en otra dimensión y los vemos por una rendija, por eso son medias caras». «A veces pienso que soy un poco visionaria. A lo tonto llevo cuatro años pensando en esto de un mundo paralelo virtual que ahora se oye tanto», expresa con alegría. Los primeros retratos de este estilo fueron «cuatro parejas con arquetipos raciales», le siguieron los artistas musicales (Britney, Tino Casal, Lennon...) y ya no ha parado.
Algunos de estos retratos se pueden ver en Gijón, en el bar-librería cultural Toma3 y el restaurante Scaletta5, donde dice orgullosa que pudo «estrenar» la zona del patio, para lo que ayudó el formato tan «fino» de sus lienzos. Cuando le preguntan por qué exponer en estos sitios asegura que «hay que potenciar el arte y la cultura tradicional». «La gente ya no va a los museos, así que hay que llevar el arte a la gente, que prefiere ir al comercio y al bebercio, hay que dejar de ver el arte como algo elitista», afirma con humor.
Pero no todo son avatares. Areces también realiza arte cinético: cuadros tridimensionales, dobles e incluso triples que se aprecian según el ángulo de visión, lo que admite que «llama mucho la atención». A ella lo que le gustan son las manualidades: más que artista se define como artesana. Disfruta trabajando la madera. Tiene una habitación grande abuhardillada en la que produce sus obras. «Es una de las ventajas de La Fresneda», comenta.
Como en otras tantas historias el confinamiento lo paralizó todo. y ha sido en octubre cuando ha podido retomar la idea de las exposiciones. Ahora está buscando precisamente cuál será la próxima.
No puede parar, es como «un zascandil», practica varios deportes y pertenece de manera activa a la asociación cultural El Observador desde hace años. Pero le viene bien esa actividad, recuerda de su prejubilación que su cambio de vida «fue radical», entró en «catarsis». «Tenía mucho estrés a nivel familiar y laboral, el cuerpo te dice que pares y que tienes que cambiar de vida», explica.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.