El Café Marx cumple tres décadas y media a golpe de cine de humor y 'latin jazz'

Han sido tres décadas y media de «dedicación y calidad» en la que ningún detalle se deja a la improvisación, sobre todo después de finales de los años noventa. «Hay poca gente de por aquí que haya salido de fiesta y no haya desayunado aquí», agradece el propietario. Unos años más tarde decidió realizar una remodelación completa de la estética del establecimiento. Fue entonces cuando logró la identidad que, en parte, le ayudó a perpetuarse en el tiempo. Para sus mesas, Fernández decidió apostar por las tradicionales máquinas de coser de la marca Singer y poblar la barra de máquinas de cambio muy antiguas y de varias balanzas que, además del efecto decorativo funcionan hoy como soporte para los botes de canela y los azucarillos. En 1997 compró la 'joya de la corona': una cafetera de grandes dimensiones en bronce, de la marca italiana Elektra. «Nos da un café espectacular y la gente viene por eso».

Unos clientes a los que Fernández se siente eternamente agradecido: «Aquí hemos salido adelante gracias a su empuje». A los treinta y cinco años que cumplirá el próximo martes espera sumar otros cinco para retirarse, pero siempre con la idea de que en el Café Marx de Lugones siga sonando sin interrupción el tradicional ritmo sincopado del 'latin jazz'.