La fiesta se desata en el Boombastic

Pero sarna con gusto no pica y, por eso, pese a tanto tiempo de espera, ellas confiaban en «sobrevivir» al festival. «Hemos traído comida no perecedera, pero bueno, tenemos un supermercado cerca, así que lograremos salir adelante», se reían, con muchas ganas de ver por el escenario a algunos de sus artistas preferidos como Duki, Bizarrap, Pole y Quevedo.

Esos mismos cantantes -y el fresco, todo hay que decirlo- atrajeron hasta Llanera a la madrileña Ana Montero y su nutrido grupo de amigos. «El año pasado fuimos a un festival en Burriana y lo pasamos fatal por el calor, así que este verano decidimos venir al norte». Ellos confiaban precisamente en su «experiencia» para aguantar a tanto trote, a base de «mucha bebida» y de básicos como «toallitas y pañuelos» para mantener la higiene entre tanto gentío.

La misma que querían preservar las santanderinas Ruth Fresno, Alba Teja y Alejandra Pelayo, expertas en el Boombastic. «El año pasado vinieron unas amigas y les gustó, así que este año decidimos volver todos juntos», cargados de «comida y paciencia» para montar sus tiendas de campaña y descansar algo para disfrutar de los conciertos. Ayer y hoy, ya tienen música de bienvenida por la noche. Jueves, viernes y sábado es el festival. Y el domingo, rematará Feid en un concierto 'extra' de clausura.

De esos mismos de los que tenía ganas el leonés David Herrero, quien aseguraba que lo mejor de los festivales es «conocer gente», pero que para aguantarlos es necesario «dormir mucho los días de antes y ponerle muchas ganas». Falta hacen para mantenerse muy despierto hasta la madrugada y poder disfrutar de las actuaciones de Mora, Bad Gyal, Eladio Carrión, Natos y Waor y Rels B, entre una lista eterna de nombres.

Pero, antes de que todos ellos pisen el escenario, habrá que calentar motores en la zona de camping y en la de glamping (camping de lujo), así como en las gastronetas y en las barras. Este año hay de todo para comer porque hasta McDonalds ha creado un helado McFlurry especial para endulzar las jornadas maratonianas a todos estos festivaleros, a los que les espera una semana de dormir mucho de día, para aguantar las largas noches en las que no parará la música.

A lo largo del día del miércoles, llegarán más campistas y, de jueves a sábado, se irán dejando caer por allí muchas personas más que optan por acudir solo a una jornada de conciertos para poder descansar en casa y evitarse los largos días de sol en la tienda de campaña.