Aumenta el malestar de los vecinos con el cura de Pruvia

Su sorpresa llegó al encontrarse con un cartel que cancelaba la misa de doce, en la que esperaban encontrar al religioso para trasladarle su malestar. El mismo papel, firmado tanto por Carrio como por el vicario episcopal de Oviedo, José Julio Velasco, dirigía a los feligreses a las iglesias de La Fresneda y Lugo de Llanera. «En los próximos días se comunicará la reanudación normal de las misas en los horarios habituales», adelantaba. «Ya hay que tener poca vergüenza», comentaron los allí presentes, ofendidos porque el párroco hubiese escogido «no dar la cara».

«Esto no puede seguir así, hay que admitir que hay un problema y la autoridad competente tiene que buscar una solución», resumió Manuel Valcárcel. No es, no obstante, el único comportamiento que censuran los que lo conocen, como Santiago Pérez, quien insistió en que lo suyo «no es una cuestión personal», sino quejas «justificadas». «Tampoco está bien que la iglesia esté cerrada antes de que llegue, hay gente mayor y hace frío», comentó.

«Y las personas que vienen en silla de ruedas o con problemas de movilidad tienen que quedarse a la entrada mientras que él tiene una plaza reservada» denunciaron otras residentes de la localidad como Yolanda Fernández o Carmina López.