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El cura Eduardo Solís junto a la puerta que da acceso a la iglesia. PABLO NOSTI
«Me golpeó en el pecho con una maza»
Nava

«Me golpeó en el pecho con una maza»

Tres individuos asaltan de madrugada la iglesia de San Bartolomé de Nava y agreden a su párroco, Eduardo Solís, antes de escapar

Domingo, 16 de mayo 2021

«¡El dinero! ¿Dónde tienes el dinero?». Son las palabras que escuchó el párroco de Nava, Eduardo Solís, justo antes de que le agrediesen con una maza en el pecho en la madrugada del sábado. Un grupo de tres encapuchados asaltó la casa parroquial de la iglesia de San Bartolomé de Nava con el objetivo de robar todos los objetos de valor y dinero. No lo consiguieron. Fue la pericia del sacerdote la que evitó el saqueo ya que logró ahuyentarlos. Su acción le costó una «pequeña fisura en la costilla», producto de un golpe que le propinó uno de los atracadores antes de emprender la huida en una furgoneta de color blanco.

El suceso se produjo a las cuatro y media de la madrugada en la calle principal de la capital naveta, justo al lado del Ayuntamiento. En ese momento, Solís, quien lleva 28 años oficiando por todo el concejo, se encontraba durmiendo en el piso superior de la casa parroquial, situada de manera contigua a la iglesia. «Escuché un ruido, pero no le di importancia porque pensé que venía de la calle», explica. Lo que en realidad estaba sucediendo es que tres encapuchados habían forzado de manera sigilosa la puerta del edificio para colarse en el interior. Una vez dentro intentaron acceder por otra puerta a la iglesia y fue entonces cuando se desató el grueso de los hechos: «Para acceder a San Bartolomé hay una puerta diferente, por lo que emplearon una maza para intentar romperla; debían pensar que no había nadie en el edificio».

Los fuertes golpes en la estancia inferior levantaron al capellán de su cama de manera inmediata. Sin pensarlo dos veces se aproximó a las escaleras y comenzó a gritar para alertar a los atracadores de que no estaban solos. «¿Quién está ahí?, dijo en varias ocasiones. Su voz de alerta surtió efecto y dos de los tres asaltantes se esfumaron de la escena y regresaron a la furgoneta. «Era de color blanco y tenía una puerta corredera», detalla Solís. Sin embargo, una vez en el piso de abajo el capellán sufrió un encuentro directo con el atracador que portaba la maza. Asegura que todo sucedió muy rápido: «Me pidió el dinero y cuando le dije que no teníamos me golpeó en el pecho con la maza y emprendió la huida».

Tras advertir a la Guardia Civil y denunciar lo que había sucedido, y al tratarse de un episodio con violencia, tuvo que acudir al centro de salud de la localidad, donde le derivaron al Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, para realizarle una radiografía. Los resultados determinaron que el golpe le ocasionó una pequeña fisura en una de sus costillas, de la que ya se recupera. «Ahora estoy bastante intranquilo, me sorprende que lo hayan hecho en pleno casco urbano; nunca me había sucedido algo así, por lo que tendré que aumentar los dispositivos de seguridad», lamenta.

Oleada de asaltos

El suceso se produjo tan solo tres horas después de que otro grupo de ladrones asaltase dos negocios manera consecutiva en la localidad sierense de El Berrón y en las inmediaciones del centro comercial Azabache, en La Fresneda. En este caso, y según testigos presenciales, los asaltantes habrían cometido los delitos en «un coche gris de pequeñas dimensiones» y no en una furgoneta.

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