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Un vecino de Lugones encontró ayer, sobre las dos de la tarde, a un perro muerto en las cercanías de Lugones. El animal tenía una soga al cuello, así como el hocico y el cuello cubiertos de sangre.
«Fue mi hermano ... el que lo encontró», explicó Yago Fernández. «Salió con la perra como cualquier día. Ayer sobre las dos de la tarde estaba dando un paseo por la zona de El Carbayu y acabó yendo por la zona cercana a la depuradora y el río Nora», comentó. El vecino de Lugones «siguió la vía del tren hasta un puente tras el cual, a unos veinte metros, hay unos prados enormes a los que va poca gente y solo hay ganado».
En efecto, la zona se encuentra cerca de la zona recreativa de La Cebera, en un área relativamente poco frecuentada. «Mi hermano soltó allí a la perra y a lo lejos vio algo negro; cuando se acercó se encontró con un perro que parecía apaleado y que estaba ahorcado, tirado en el suelo con una soga apretada al cuello, como si lo hubieran arrastrado».
El animal tenía la cara girada hacia el suelo y «el hocico desfigurado, lleno de sangre y parecía que tenía algún golpe. Daba la impresión de que era un mastín o mezcla, de dimensiones considerables». Las imágenes de los restos del perro causaron considerable revuelo ayer en redes sociales.
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