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M. RIVERO
EL BERRÓN.
Domingo, 5 de enero 2020, 01:49
El príncipe Aliatar adelantó su llegada a la de los Reyes Magos en El Berrón. Este año, cambió los elefantes por un dromedario de cinco metros de altura. Una espectacular traca de fuegos artificiales anunció la entrada del emisario real, llena como cada año de sorpresas, emoción y las voces de los más pequeños. La comitiva del dignatario comenzó con villancicos tocados por la banda de gaitas Xiranda Belenos, cuyos miembros desfilaron por delante de un tren 'tirado' por un reno. La carrroza emulaba una locomotora a vapor de la que surtió la primera cascada de caramelos. «Cómo me voy a poner», advertían algunos infantes a sus padres con las manos llenas de dulces.
Los renos causaron gran expectación:«¡Son de verdad!», exclamaban a su paso. También un coordinado grupo de gansos arrancó algunas risas entre el público. Por supuesto, hubo un camello que hizo reverencias al público a su paso, inclinando peligrosamente a los pajes que cargaba También dos espectaculares bueyes tiraron de la carroza que cargaba con la escena de un belén tradicional, que no obstante dio un giro sorpresa al incorporar dos cañones de confeti. Sin duda los animales fueron parte importante de la comitiva.
A este respecto no faltaron las advertencias paternales: «No toquéis a los animales», «no les deis de comer». La conocida retahila de precauciones de todas las cabalgatas. Tampoco se echó de menos la batucada. El grupo Los Tardones, caracterizados como los personajes del conocido cuento y recient película 'El Grinch'.
Sin embargo, la atracción principal fue sin duda la presencia del gigantesco camello de cinco metros en el que llegó montado Aliatar. Una marioneta articulada literalmente hasta las pestañas que hizo a muchos preguntarse si era real y se trataba de alguna bestia de descomunal tamaño. Los caballos cerraron elegantemete el desfile y como no siempre puede llover a gusto de todos algunos se preguntaron dónde estaban los elefantes. A aquellos que este aperitivo navideño les supo a poco se consolaron :«Mañana vamos a ver a los Reyes, que llegan a Noreña y después desfilan».
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