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V. MARTÍN
Miércoles, 14 de diciembre 2016, 17:02
Dice en uno de sus escritos José Manuel Feito, gran investigador en artesanía asturiana, que «nuestra Historia está escrita en barro y al barro hay que acudir una y otra vez para descubrir y sorprender la vida de nuestros antepasados». Y a esa historia, en concreto a la de la cerámica negra de Villayo vuelve a partir de mañana y hasta el próximo sábado el concejo de Llanera, con los actos programados en torno a la Semana Cultural de Santa Cruz, y cuyo objetivo es «poner en valor los recursos, la historia y el patrimonio del municipio y contribuir a su conocimiento y difusión».
Porque aunque hoy día solo el investigador y artesano Miguel Vázquez conserva en su taller esta tradición histórica, durante decenios muchas familias de Villayo completaban sus escasos ingresos con la venta de utensilios de cerámica negra aprovechando la abundante presencia de este material en la zona y su gran calidad.
Parece ser que «en siglo XVIII, en un momento de buenas cosechas, la cerámica se extendió mucho en Faro (Oviedo) y llegó un momento en el que había demasiados alfareros en la zona», explica Miguel Vázquez. «Así, hemos sabido a través de un conocido que estudiaba su árbol genealógico, que uno de esos alfareros, de apellido Gutiérrez, se instaló en Villayo con sus cuatro hijos y, a partir de ahí, comenzó el desarrollo de la cerámica negra en la zona», añade.
En aquel entonces, lejos del carácter más artístico o decorativo que podía tener este tipo de material en otros entornos, en Villayo «se hacían piezas de utilidad para todo el territorio, que se adaptaban a las necesidades de la gente en su día a día», comenta Victoria González, esposa de Miguel y profesora como él en la Escuela Municipal de Cerámica de Llanera. Así, en la exposición Los pucheros de Villayo, que estará abierta toda la semana en el Centro Social de Santa Cruz, podrán verse todos aquellos utensilios que servían para cocinar (puchero y tarreña), para hacer queso y mantequilla (feridera y olla de mazar), recoger agua (penada), las jarras para conservar la miel, otras para beber sidra y las escudiellas que se utilizaban para comer o beber según su tamaño, que iba desde un litro hasta un cuarto.
Además de esta exposición, habrá actividades para todos los públicos, desde cuentacuentos hasta actuaciones musicales, pasando por la conferencia La cerámica negra del Neolítico al siglo XXI, que impartirá el miércoles a las siete de la tarde José Manuel Feito, y la demostración de cómo se hacía este tipo de cerámica que llevará a cabo Miguel Vázquez.
La escuela de cerámica
Además de ser en este momento el auténtico conservador de la tradición de la cerámica negra de Villayo, Miguel Vázquez y su mujer, Victoria González, son los responsables de la Escuela Municipal de Cerámica de Llanera desde el año 1989. A ambos les puede la pasión que sienten no solo por este trabajo, sino por difundir todos los conocimientos que poseen acerca de este arte. Y, para ello, las clases que imparten, enseñando las más diversas técnicas de trabajo «porque las posibilidades son infinitas», son el marco perfecto. Además, dentro del proceso de aprender a hacer cerámica, «hay que entender la materia, tener una proyección mental de lo que quieres hacer, involucrarte de verdad en ello», explica Victoria. «Y es algo muy satisfactorio para todos los alumnos, porque pueden jugar con las texturas, los volúmenes, los colores... y además de ser beneficioso a nivel personal, crea entre todos nosotros una gran conexión, un tejido importante como grupo».
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