Multitudes al calor de El Carmín

Miles de personas abarrotan La Pola para disfrutar de una de las fiestas más concurridas de Asturias

Luis Flórez

Lunes, 20 de julio 2015, 16:04

Hoy es el día. Asturias se moviliza para celebrar una de sus fiestas más queridas y con más arraigo dentro del calendario estival. Desde primera hora de la tarde, el goteo de pañuelos azules al cuello ha sido constante un año más. Y ya son 205 veranos desde que la fiesta se trasladó al lunes. Los praos de la Sobatiella, que abrieron a las tres de la tarde para recibir a los romeros a partir de las cinco, son de nuevo el escenario donde miles de asturianos de toda edad y condición celebran la que se conoce como la romería de Asturias, sin olvidar aquellos que llegan desde otros puntos de la geografía nacional con ganas de vivir in situ la folixa más conocida fuera de nuestras fronteras, junto con la de las Piraguas de Ribadesella.

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Desde el jueves se respira en La Pola un ambiente diferente. Tras el pregón, los polesos se han puesto el pañuelo del Carmín para desfilar con las charangas hasta la zona cero , que no es otra que el prao. La jornada ha dejado ya el primer incidente. Un vendedor ambulante ha resultado herido al escapar de una vaca. El hombre se vio obligado a saltar una valla, momento en el que se produjo las heridas.

A pesar de los posibles inconvenientes, Belén Ardura lo tiene claro: «Ese día cierro el quiosco y subo al prao a merendar con la familia. Me gusta mucho por eso». Lo mismo le ocurre a Noelia López, quien describe que es «una locura» de día y opina que lo mejor es reunirse con los amigos alrededor de tortillas y empanadas.

De «fantástica» califica un veterano como José Nosti la fiesta: «Lo que más me gusta es la armonía que hay entre toda la gente que viene». «El Carmín inspira y arrastra una tradición muy grande», añade Celestino Vigil, quien reconoce que lo que más aprecia es «ver al día siguiente las fotos del prao lleno».

La rivalidad con otros festejos del verano es inevitable. Nuria Laruelo, como buena polesa, considera que la suya «supera a la de las Piraguas. Es el pistoletazo de salida del verano. Lo que me encanta es la subida con las charangas». Sin embargo, pide que los más jóvenes se comporten «porque si no El Carmín entrará en declive. Debería de haber más seguridad y control en el prao». Algo en lo que coincide Patricia Sánchez, a quien le gustaba más la celebración «de hace años. Había más convivencia y se está perdiendo el espíritu de la romería familiar. Cada vez se parece más a una fiesta de botellón».

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Pero no todos pueden subir a la Sobatiella. Las hay que les toca trabajar, como es el caso de Vanesa Merlo: «Me gustaría disfrutarlo más porque trabajo». Considera que es la fiesta «más emblemática de la Pola» aunque entiende que «habría que hacer más cosas por las calles para que la gente venga más días». Carmen Hevia también trabaja ese día, aunque reconoce que «para la hostelería es un día muy bueno. Se vende a tope».

El Carmín es hoy punto de reunión de toda Asturias, algo que también da lugar a «las rencillas entre los del Sporting y el Oviedo», comenta Berto Alonso, que entiende que es la ocasión «para reunirse con los amigos, hablar con las mocinas y reírse». Su amigo Juan Vigil, por contra, considera que «haría falta alguna actuación con más nivel, como corresponde a una fiesta como esta. El programa me parece un poco escaso».

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El ritmo vital de la villa es distinto estos días, en parte debido a las actuaciones de los grupos folclóricos que tienen lugar en diferentes puntos de la localidad. Una cosa está clara, y es que El Carmín nunca defrauda.

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