El Festival de la Sidra de Nava concentró a numerosos visitantes dispuestos a degustar los mejores caldos de la región.

Nava descorcha la fiesta

El Festival de la Sidra reparte más de 1.600 litros de sidra gratis

Luis Flórez

Sábado, 11 de julio 2015, 21:51

Pañuelo verde al cuello, botellas de sidra en alto y muchas ganas de fiesta. Todo preparado para que Nava celebre como se merece el día grande de la XXXVIII edición del Festival de la Sidra, declarado de Interés Turístico Nacional y cita ineludible en el calendario veraniego asturiano.

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Desde primera hora, el goteo de fieles a la fiesta de la villa naveta fue constante, empujados por la degustación gratuita de sidra que ofrecieron los llagares, acompañada por embutidos, quesos, tortos y demás productos de la gastronomía local.

El punto fuerte de la mañana tuvo lugar en la final del concurso a la mejor sidra natural elaborada en Asturias y en Nava. Un jurado compuesto por diez miembros valoraron las cualidades de cuarenta palos de sidra de los que, tras una primera criba, quedaron once, de los que salieron los siete llagares finalistas. Tras dos rondas muy reñidas, el jurado eligió las tres mejores bebidas del certamen.

El primer clasificado, con una puntuación de 160 puntos, fue sidra Roza, de Nava. Este llagar fue elegido como el mejor de Asturias y de Nava. Cabe destacar que es la cuarta vez que sidra Roza se alza con el galardón, la última de ellas en el año 2002. Su propietario, Juan Roza, mostró su alegría «y gracias a Dios no es el primer premio que recibimos». Veterano llagarero, reconoció que ganar este concurso «es difícil y hay que tener un poco de suerte porque hay mucha sidra y muy buena», esto último debido a que «la cosecha ha ido mejor que el año pasado».

La segunda sidra clasificada fue la de M. Vigón, que se elabora en la parroquia maliayesa de Tornón y que obtuvo una calificación de 159 puntos. El llagar sierense de La Morena, en el alto de Viella, se hizo con la tercera posición con una valoración de 155 puntos. Los cinco puntos que separan al primer del tercer clasificado dan cuenta de lo disputada que estuvo la competición.

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Son varios los aspectos a valorar en la bebida patria. Tino Villarrica, miembro del jurado con veteranas papilas a la hora de degustar el jugo de la manzana fermentado, explicó que lo que se valora principalmente «es el espalme, que tenga buen pegue. También el aroma, que tiene que ser limpio y afrutado, pero sin excesos de azúcares. Lo último que valoramos es el sabor, que cuando la sidra tiene un buen aroma, suele ser bueno». Villarrica también ensalzó el nivel de las sidras finalistas, que fue «muy alto y pudo ganar cualquiera».

Por su parte, el llagar naveto de El Piloñu se llevó el premio a la etiqueta más guapina.

A continuación, la Buena Cofradía de los Sinceratores de Asturias llevó a cabo el hermanamiento de todas las sidra de Asturias. En una pipa de 150 litros se mezclaron los 47 palos que acudieron a la fiesta, representando la unión de Asturias en torno a su bebida más querida.

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Ya por la tarde miles de personas siguieron achicando sidra al ritmo que marcaban en el escenario el grupo de baile La Flor del Pumar y la banda de gaitas La Kadarma.

La fiesta avanzaba y los efectos espiritosos de la sidra hicieron mella en algunos que no la asimilaron de la mejor manera y tuvieron que ser atendidos por los equipos de sanitarios.

Uno de los momentos más esperados era escuchar el pregón al cineasta Tom fernández, que haciendo gala de sus dotes de guionista pronunció un discurso espontáneo, sin el apoyo del papel.

Tom se refirió a él mismo como «el último obstáculo entre la fiesta y la gente», por lo que optó por un pregón breve pero sincero. «Le tengo un cariño especial, tengo cicatrices de Nava en mi cuerpo», en referencia a los años de juventud «en los que nos lo pasábamos tan bien. En Nava siempre pasan cosas, y cosas buenas». También se acordó de toda la gente que hace posible la celebración de un festival veterano como es el de la sidra de Nava. «La sidra no se hace sola. Hay una investigación detrás y los hosteleros se esfuerzan por sacarla al exterior, los que cuidan los pumares... tenemos que cuidar lo que tenemos y potenciarlo». Y se preguntó «¿Qué haría Steve Jobs con la sidra? La liturgia la tenemos, pero hay que intentar revolucionar con la sidra y ponerla en valor». Durante el pregón se dejaron ver personalidades como Enrique Castro Quini o el presidente de la Junta del Principado, Pedro Sanjurjo.

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A última última hora de la tarde dio comienzo la ruta de la sidra, con más de 1.600 litros de jugo repartidos en pipas por las calles del centro. La bebida patria recibe así, un año más, su merecido homenaje que continuará hoy a partir de las 12 horas con el concurso de escanciadores.

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