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SANDRA S. FERRERÍA
OVIEDO.
Domingo, 26 de mayo 2019, 02:04
La muerte de un vecino de Valladolid de 60 años el 12 de mayo y la caída hasta la orilla del río de un holandés de 45 años el pasado lunes en la Senda del Oso no han provocado el miedo ni en los usuarios ... habituales del recorrido, ni tampoco entre los turistas que en esta época del año comienzan a llegar a Asturias buscando contacto con la naturaleza.
Pese a que tanto los empresarios de la zona como los ayuntamientos por los que discurre la senda -Santo Adriano, Proaza,Quirós y Teverga- reconocen el mal estado de la ruta y un claro déficit de mantenimiento y que la Fiscalía ha abierto una investigación, ayer decenas de personas la recorrieron andando, en bicicleta o corriendo.
«Llevo cuatro años queriendo hacerla y esto no me ha quitado las ganas de venir», afirmaba la burgalesa Teresa Martínez, que con su marido, Sinforiano Sainz, iniciaron la ruta desde Tuñón. Afirmaron no tener «nada de miedo». No obstante, apuntaron que a veces «la gente se confía y no hay que olvidar que estás en plena naturaleza» y que los accidentes «pueden pasar». El corredor ovetense Antón Vázquez es un asiduo en la Senda del Oso. Desde el área recreativa de Proaza recorrió ayer la senda por la que se considera como la zona más descuidada y, por tanto, más peligrosa. «Es cierto que lleva muchos años abierta y necesita una puesta a punto», reconoció. Asegurar las barandillas, mejorar el firme y un desbroce es necesario en este recorrido, indicó este joven. «La senda es un sitio maravilloso. No tengo pensado dejar de venir», aseguró no obstante.
Por su parte, José Ángel Curto afirmó no tener miedo a sufrir un accidente en la senda. «Lo que tengo claro, y la gente también tiene que ser consciente de ello, es que no hay que apoyarse en las barandillas», señalaba este ciclista a su paso por Tuñón. Vecino de Oviedo, comentaba que no había visto menos gente que otros años a estas alturas de temporada. «La semana pasada había una excursión de un colegio», indicó, si bien algunos centros educativos sí que habían cancelado su visita a la senda e incluso el sector turístico habla de cancelaciones.
La Senda del Oso conecta con Oviedo a través del tramo Tuñón-Fuso de la Reina que llega hasta el Parque de Invierno. Por ese motivo, son muchos los ovetenses que los fines de semana, sobre todo en bicicleta, realizan los más de treinta kilómetros de recorrido desde el Parque de Invierno hasta Quirós, distancia que llega a los cuarenta si van hacia Teverga. Es el caso de los amigos Marcos Muñiz y Jorge Jardón. También asiduos a realizar este recorrido, aseguran que no dejarán de hacerlo. Marcos Muñiz afirmó que «miedo no tengo, pero siempre voy recordando no apoyarme en las barandillas», algo que antes sí que hacían. Por su parte, Jorge Jardón aconseja a todos sus amigos de fuera de Asturias que vengan a hacer la senda, si les gusta practicar deporte o disfrutar de la naturaleza. «Yo no tengo miedo, pero hay que tener cuidado», afirmó.
En el cruce de Tuñón, contaba ayer Benjamín Fernández, de 82 años y vecino de Oviedo, que él vio inaugurarse, a mediados de la década de los 90, este recorrido. «Desde que la abrieron he venido todas las semanas, así que la conozco como la palma de mi mano», destacó.
Acompañado por su nieto, Pablo Fernández, Benjamín recordó que desde la inauguración «no he visto el mantenimiento que tendría que haber». A su juicio, la senda es «pasable» desde Tuñón hasta Proaza, «donde la cosa se pone seria». Y es que los túneles están sin luz, el suelo lleno de piedras y gravilla y en ciertos tramos las barandillas son inexistentes y han sido sustituidas por cinta de advertencia, criticó Benjamín Fernández. Sin embargo, no tiene miedo y sigue recorriendo su ruta como viene haciendo desde hace años.
Tampoco mostraron miedo los vecinos de Candás Daniel García y María Jesús Álvarez, que acompañados de sus dos hijos pequeños disfrutaron de un sábado en familia en la Senda del Oso. «La senda está bien, tampoco creo que haya tanto problema», indicó Daniel García, que no conocía este trazado. Su mujer señaló que siempre que se va a algún sitio así «toda precaución es poca». «En el Cares tampoco hay barandillas, también hay accidentes y la gente sigue yendo de excursión allí», apuntó.
Durante estos días, la Senda del Oso, su situación y su mantenimiento están en boca de todos. Incluso la Fiscalía ha iniciado una investigación. Los alcaldes titulares de la senda piden más dinero para su mantenimiento y el Principado promete fondos para este año. El sector turístico lleva décadas reclamando las obras necesarias y teme por las consecuencias de la falta de mantenimiento.
El grupo El Maeral, por su parte, presentó el viernes ante la Consejería de Infraestructuras una propuesta de mejora para el vallado de sendas y espacios de ocio. Así, dentro de sus sugerencias se encuentra usar para el vallado de una madera de más calidad «concretamente de castaño autóctono»; anclajes metálicos tanto en las bases de los postes como en las juntas del vallado; y un mantenimiento programado y periódico a partir de una garantía de cinco años.
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