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g. maese / r. Muñiz / g. pomarada
Domingo, 28 de junio 2020, 02:12
Asturias ya recibe a sus turistas. El primer fin de semana con libertad de movimiento entre las provincias españolas se salda con la «satisfacción moderada» del sector hotelero en cuanto a ocupación se refiere. «Son cifras aceptables a pesar de que aún se mantienen fuertes ... restricciones», asegura Fernando Corral, vicepresidente de la patronal Otea. Y es que todavía se mantienen cerrados en el Principado un número importante de establecimientos hoteleros por falta de rentabilidad en la reapertura. Sobre esto, Corral asegura que «no hay que perder de vista que hay una importante limitación en la oferta». Además, lamenta que el nivel de reservas se haya vuelto más irregular en comparación con otras temporadas. «Hemos notado un repunte de las cancelaciones a última hora y de la falta de constancia en ellas», destacó.
No obstante y a juzgar por el ambiente que sobre todo se respiró durante la jornada de ayer en los principales destinos de turisticos de Asturias, el sector comienza a remontar el vuelo en lo que será un verano atípico para todos. Y todo a pesar de que el tiempo no fue del todo veraniego. Sí acompañaron las temperaturas, pero no los cielos despejados, al menos no en todo el territorio. Es decir, no fue necesaria, como sí sucediera el pasado fin de semana en algunas playas del Principado, la regulación de la ocupación de los arenales.
Fue un buen día para los paseos y las comidas y así los demostraron los turistas que llenaron las terrazas y las calles en Gijón. En ello estaban María Jesús Cueto y Massimilio Tonelle, ambos residentes en Bilbao: «Llevábamos cinco meses sin ver a la familia y ya teníamos ganas de venir», aseguran. La madre de la familia, que estudió en Oviedo, fue quien tuvo la idea. «No estaba planificado pero siempre es un buen momento para volver», aseguró. Vanesa Olivero y Juan Arnau se han visto obligados a cambiar Islandia por Gijón. «No es lo mismo pero esta ciudad es muy bonita», aseguran. Ya comieron cachopo, ya pasearon por San Lorenzo y tras hablar con ELCOMERCIO emprendían el camino al Cerro de Santa Catalina.
También en el Oriente se comienza a notar la presencia de madrileños ávidos de desconexión y naturaleza. «Teníamos muchas ganas de salir, es el primer fin de semana que podíamos y aquí estamos», indicó Begoña Vergara, que pasa estos días en Coviella, en el concejo de Cangas de Onís. Como administrativa en un hospital madrileño reconoce que estos meses han sido «muy duros y largos».
«Aquí se está más tranquila, pero hemos venido sabiendo que no tenemos nada», apuntó una de sus acompañantes de viaje, Maite Merino. Para Fernando Álvarez y Paloma Roig, vecinos de la capital de España que ayer visitaron Cangas y Covadonga, estos meses también han sido de «miedo y muchos nervios». «Venir aquí y poder mirar a lo lejos, a la montaña, es algo nuevo después del encierro», destacó Paloma Roig. «Teníamos muchas ganas de salir, pero con cuidado porque el bicho no se ha marchado», añadió el madrileño Fernando Álvarez.
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