El sector turístico clama por sobrevivir

Con silbatos y a golpe de cacerolas, hosteleros, pero también hoteleros, dueños de casas rurales, campings y agencias de viajes, afectados por los cierres, respaldaron la concentración convocada por la patronal de Hostelería y Turismo (Otea) en todo el Principado. Obtuvo un amplio respaldo de oriente a occidente, con protestas delante de los ayuntamientos. Junto a ellos, otros de los damnificados: los pequeños comerciantes.

El presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, reclamó «un plan de rescate de 8.500 millones de euros para todo el sector hosteleros en España y ayudas directas para cada negocio en función del número de empleados».

Según señaló, el Principado –que había anunciado 25 millones para los sectores más castigados– parece dispuesto a atender sus peticiones y hoy hará públicas las ayudas. Por la tarde hay prevista una reunión entre ambas partes. Almeida reclamó un plus para los establecimientos de ocio nocturno «que han sido los más sacrificados» por los cierres.

Los representantes de Otea fueron recibidos por la delegada de Gobierno, Delia Losa, a quien entregaron un documento en el que piden, además, suprimir el IBI de 2020 y rebajar un 95% el de 2021; suprimir los impuestos municipales y reducir los el próximo año; eliminar la tasa de terrazas, basura, agua y saneamiento, y que se mantenga durante todo 2021 la ampliación de terrazas.

Losa avanzó que «el Gobierno trabaja en un Plan de Apoyo a la Hostelería con ayudas directas y medidas financieras y fiscales que hoy mismo la ministra de Industria, Reyes Maroto, concretará con comunidades y la Federación Española de Municipios.

La mitad de las agencias

Fuera, seguía la manifestación, en la que estuvieron presentes representantes de las tres Cámaras de Comercio y de los grupos parlamentarios de PP, Ciudadanos y Vox. El presidente de la asociación de Operadores Turísticos y Agencias de Viajes (OTAVA), Íñigo Fernández, explicaba que llevan desde marzo sin trabajar y solo han podido facturar el 7% del importe del año pasado.

Sin ayudas, «desaparecerán la mitad de aquí a mayo», que es cuando estiman que puedan empezar a trabajar, dado que «el propio Barbón ha señalado que las restricciones de movilidad podrían alargarse hasta el final del estado de alarma».

Los empresarios del ocio nocturno, con unos gastos de 3.000 euros al mes, también desplegaron una pancarta recordando que llevan ocho meses cerrados, y cientos de pequeños comerciantes se unieron para indicar que tienen «toda la mercancía parada, sin ingresos y pagando las acturas. Por mucho que nos digan que abriremos en Navidad, no subsisiteremos si no abrimos de aquí a febrero. Para nosotros, es la época de más ventas», apuntaba Emilio Álvarez, de la peletería Italia.

Detrás de la pancarta hostelera se encontraba Ángel Álvarez, que regenta un hotel en La Corredoria de 58 plazas y que vio caer en picado su clientela a raíz del cierre perimetral de Oviedo. «Queremos trabajar, pero si hay que seguir cerrados, que no nos cobren impuestos. Si quieren, pueden».

Y, al igual que ocurrió en Oviedo, las protestas se sucedieron por toda Asturias, por una treintena de concejos. En Gijón, Otea y la plataforma Asturias Suma alzaron la voz para denunciar la situación de «desamparo». «No pedimos una apertura sin condiciones, sino ayudas directas para mantenernos a flote», indicó Jacobo Méndez, de Asturias Suma.

En Avilés, los hosteleros advirtieron de que «el sector ya no puede aguantar este segundo envite» y que «no se puede olvidar que hay toda una cadena de valor detrás». A ello se refirieron también en Llanes. «De nuestro sector procede entre el 80% y el 90% de la riqueza en la comarca, pues somos una cadena y nuestro cierre afecta a pescadores, queseros, gaderos... Si el sector se cae, la situación va a ser brutal y hoy, con las calles vacías y los negocios cerrados, ya podemos ver un ejemplo de lo que significaría semejante destrucción», apuntó el presidente de Otea Llanes, José Alberto Concha.

En Mieres –al igual que en Villaviciosa– el alcalde, Aníbal Vázquez, se sumó a la protesta. Previamente, el vicealcalde, Manuel Ángel Álvarez, informaba de que hoy se abre el plazo para solicitar las ayudas municipales para el tejido económico del concejo, que ascienden a 800.000 euros.

En Tineo, la recién constituida junta de hostelería preguntaba: «¿Cómo vamos a sobrevivir? Seguimos pagando sin un ingreso». «Si solo nos permiten abrir en terrazas, la mitad de los negocios tendrá que cerrar. Aquí el clima no lo permite», añadía el presidente de la junta, Isaías Suárez, que hace especial hincapié en la posibilidad de instalar toldos y calefactores para hacer viable la terraza en invierno. El alcalde, José Ramón Feito, se comprometió a trasladar las demandas del sector.

Los sesenta asociados de Cudillero Empresas Turísticas Asociadas confesaron sentir «frustración, impotencia, desamparo y decepción» ante la gestión pública. Al igual que en Tineo, fueron recibidos por el regidor, Carlos Valle, quien avanzó que se están manteniendo reuniones con el Gobierno regional para tratar de paliar los perjuicios por el cierre temporal.

En Luanco, comerciantes y hosteleros estuvieron arropados por los vecinos del concejo. Entre aplausos y haciendo sonar las bocinas, exigieron la apertura de sus negocios. Sin ayudas, dicen, acabarán «en la ruina». La segunda ola les ha golpeado «mucho más fuerte», subrayan, pero defienden que sus locales son «zonas seguras».