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rosana suárez
Miércoles, 20 de abril 2022, 13:59
Asturias tiene fortalezas. Así lo dijo, este miércoles, alto y claro Fernando Miranda, secretario general de Agricultura y Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, durante las jornadas Pegados a la Tierra, organizadas por EL COMERCIO en el Parador de Cangas de Onís, y ... presentadas por el periodista y responsable del programa Octavio Villa.
«Asturias es una 'marca país' bien recibida, que tiene una extraordinaria imagen en el conjunto de España. Es un gran valor que hace que los productos se vendan bien. Si hubiese más productos, se venderían más», afirmó. Para que la región y el medio rural tengan futuro hace falta una serie de engranajes que permitan revertir la situación actual, como «hacer que los jóvenes vean que el sector primario es atractivo y rentable». El problema del relevo generacional se trata de «la dificultad más grande», que no solo tiene que afrontar el Principado, sino el conjunto de España. Encontrar gente que se inicie en la agricultura y la ganadería es complicado, aún más dentro de una población envejecida.
Miranda puso en valor el sector lácteo asturiano, que cuenta con la cooperativa más importante de España, lo que le hace tener «un paraguas importante». Es precisamente este sector, apuntó, «el que está sufriendo más con diferencia, porque no ha podido trasladar el precio de los costes a la cadena y, además, el producto se obtiene todos los días». El aumento de los costes ha puesto en jaque al sector. Un sector mucho «más débil» y «sensible» que el cárnico y el del cereal. «Teníamos claro que el sector lácteo iba a ser el sector diana de las ayudas del Estado», apuntó.
En su intervención, Miranda explicó que la modificación de la Ley de la Cadena de 2013, aprobada el pasado mes de diciembre, no solo ha traspuesto la directiva comunitaria de prácticas comerciales desleales, sino que ha ido más allá, con la finalidad de solucionar los problemas de desequilibrio en el reparto de valor a lo largo de los distintos eslabones que la componen. Con su aplicación efectiva, se pretende lograr un reparto «más justo» de los beneficios. Miranda señaló que la ley contiene novedades que afectan a todos los eslabones de la cadena, así como un sistema de control reforzado y un régimen sancionador más estricto. «Es una herramienta muy potente para que a través de los contratos alimentarios ser capaces de construir una cadena de valores desde abajo y proteger al más débil que es el sector primario», destacó.
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