Patricia Pérez y Gloria Pomarada
Covadonga
Viernes, 8 de septiembre 2023, 13:30
La Basílica de Covadonga se ha llenado en este Día de Asturias. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, ha pronunciado su homilía que, como de costumbre, ha repasado los temas de más candente actualidad. Sin mencionarlo directamente, se ha referido al 'caso Rubiales' (« ... Dejemos la 'Leyenda del beso' para la preciosa zarzuela de Reoyo, Silva y Paso...»), a las negociaciones para formar gobierno, al aborto y a la eutanasia.
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Delante del presidente del Principado, Adrián Barbón, y del presidente de la Junta General, Juan Cofiño, presentes en la misa, Sanz Montes arremetió contra la «carga ideológica de la Agenda 2030», una cuestión que acabo hilando con el aborto y la eutanasia: «Porque hablar de ecología es hablar de que nos importa la vida, toda la vida, evitando caer en la trampa engañosa de salvar sólo algunas floras y faunas clasificadas por ciertas corrientes ecologistas que acaban siendo ecolojetas, mientras dejamos al pairo la vida humana más vulnerable: la no nacida aún o la que precipita su final con la ayuda matarife de una eutanasia letal sin la asistencia paliativa censurada».
No ha pasado por alto el arzobispo la situación política con un gobierno en funciones y ha criticado a quienes pretenden «malbaratar a capricho un Estado de derecho que nos asimilaría a una república de banana malhadada rompiendo la convivencia». «Nuestras relaciones interpersonales e institucionales cambiarían si mirásemos al otro sin levantar muros que nos separan, trincheras que nos enfrentan reabriendo heridas, o manipulando la realidad con noticias falsas».
El arzobispo ha revelado que en sus viajes este verano a Alemania e Italia para cumplir sus responsabilidades con la Conferencia Episcopal conoció a alguien que le marcó especialmente. «Irina es su nombre, una joven mujer ucraniana. Ha perdido a su joven esposo y a uno de sus hijos durante un bombardeo en Kiev. Su testimonio cristiano llegó a conmoverme profundamente por la hondura de una mujer no manipulada en su condición femenina (...) ¡Qué secreto puede tener una mujer, madre y viuda, cuando ante un escenario así de cruel, es capaz de mostrar a sus hijos el horizonte de una vida que sigue siendo bella!»
Sanz Montes, que también estuvo en Lisboa junto a los 800 asturianos que viajaron a la capital lusa para encontrarse con el papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud, ha afirmado que le resultó «inevitable» enterarse de otras noticias. Fue en este momento cuando, de forma velada, se refirió al beso que le dio Luis Rubiales a Jennifer Hermoso durante la celebración del Mundial: «Dejemos la 'Leyenda del beso' para la preciosa zarzuela de Reoyo, Silva y Paso con la música de los maestros Soutullo y Vert. Mejor esta zarzuela que los recientes sainetes jaleados con estrategias calculadas. ¿Dónde quedan las frivolidades teledirigidas durante días y días en noticias amañadas para distraer la atención, eclipsar las vergüenzas o manejar bajo cuerda pretensiones y apaños a cualquier precio y con la habitual mentira como arma política?».
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El arzobispo ha finalizado su homilía felicitando el Día de la Santina de Covadonga, el Día de Asturias «patria querida» y bendiciendo a los presentes: «El Señor os guarde y os bendiga».
Este día de Covadonga estuvo también marcado por la despedida de la Escolanía, cuyo cierre anunció el Cabildo el pasado julio tras 78 años de historia debido a la falta de alumnos. Durante la novena un grupo de catorce antiguos escolanos, entre ellos los de este último curso, se encargaron de poner voz a las misas, incluida la de este 8 de septiembre. Lo hicieron dirigidos por Jorge de la Vega y acompañados al órgano por Fernando Álvarez.
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Fueron además los escolanos quienes en esta ocasión realizaron la ofrenda a la Santina, en lugar de un concejo como es habitual. Durante la misa y el himno final, fueron muchos los escolanos que no pudieron reprimir las lágrimas, a lo que respondieron los asistentes con un largo aplauso y la basílica en pie.
También en los escolanos, junto con seminaristas, recayó la tarea de portar la imagen de la Virgen, réplica de la Santina original, en una multitudinaria procesión desde la basílica a la Santa Cueva.
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La elevada afluencia registrada a lo largo de la novena, con una media de quince autobuses por día, se repitió también este día de la Santina, con fieles llegados desde toda Asturias. Fue el caso de Conchita Alonso, de Oviedo, quien no falla al 8 de septiembre en Covadonga desde 1991. «Vine incluso en la pandemia. Me gusta visitar a la Santina, la procesión...», enumeró. Especial es también la jornada para los seminaristas, quienes tienen en este día «el inicio del curso» y en la Santina «la patrona de Asturias, una madre y nuestra guía vocacional», explicaron John Ángel Terón y Jesús Rafael Rodríguez.
De velar por la seguridad se encargaron Guardia Civil y Policía Local. Desplegados para velar por la organización estuvieron asimismo los voluntarios del Real Sitio.
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