La Consejería de Salud ha recibido de los centros educativos asturianos 102 avisos sobre posibles casos de conducta suicida en niños y adolescentes. Este es, hasta la fecha, el balance cuantitativo del protocolo que se ha implantado en los colegios e institutos de la región ... para poder detectar y prevenir los problemas de salud mental en la población infantil y juvenil.
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Dicho protocolo, fruto de la colaboración entre las consejerías de Salud y de Educación, comenzó a funcionar el pasado mes de abril. Desde entonces, y hasta que finalizaron las clases en junio, se produjeron 91 notificaciones. Con el nuevo curso académico, que arrancó a principios de septiembre, los centros educativos han comunicado otras 11 situaciones de riesgo. «Que haya un contacto no significa que finalmente ocurra un problema grave. Eso lo determina un profesional especializado en salud mental», matiza la consejera, Concepción Saavedra.
Los profesores han recibido una guía de prevención, detección e intervención ante la conducta suicidia, que les aporta herramientas para que sepan captar e interpretar comportamientos preocupantes en los alumnos. En caso de sospecha, existe un circuito para que la comunidad educativa pueda poner el asunto en conocimiento del sistema sanitario. «Se trabaja con los tutores y con los padres, que son los que mejor conocen a los chavales. Si las familias están de acuerdo, el caso se notifica al coordinador educativo del área sanitaria correspondiente», explican desde la Consejería de Salud.
Experiencias traumáticas como maltrato, humillaciones o acoso escolar; separación o pérdida de amigos o compañeros; conflictos conyugales con instrumentalización del hijo; muerte de un ser querido; problemas disciplinarios; desengaño amoroso; embarazo prematuro o vivencia de una tentativa de suicidio en su entorno más próximo. Esos son los factores desencadenantes de conductas suicidas en la infancia y adolescencia, según la guía que ha elaborado el Principado para prevenir y detectar los problemas de salud mental ya desde las aulas.
«A pesar de las dificultades, el suicidio es prevenible y tanto la familia como la intervención en los contextos educativos es algo crucial», consideran los especialistas que están detrás de este documento, en le que han intervenido profesionales de las consejerías de Salud, Educación y Derechos Sociales, así como de la Facultad de Psicología. Si el alumno verbaliza sentimientos de sufrimiento o soledad, hay que estar atentos. También se consideran como señales de alerta la falta de motivación, la tendencia al aislamiento, la apatía repentina, el descuido en la apariencia personal, las ausencias injustificadas a clase o las conductas temerarias.
La figura del coordinador educativo se creó, precisamente, como enlace entre los colegios e institutos y la red de Atención Primaria. Será este nivel asistencial el que derive el caso a un profesional de Salud Mental, ya sea un psicólogo o un psiquiatra, para que determine si efectivamente existe una situación de riesgo o conducta suicida. Las actuaciones que se lleven a cabo quedarán registradas en la historia clínica del niño o adolescente implicado.
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La guía elaborada por Salud y Educación contiene una serie de parámetros sobre los comportamientos o reacciones que son motivo de alarma. También se hacen indicaciones sobre cómo promover el bienestar emocional enlas aulas de cara a evitar males mayores. «Profesores, psicólogos de Primaria y coordinadores educativos están trabajando para evaluar los hábitos de vida saludable, el acoso, la agresividad o qué preocupa a cada centro educativo en cuanto a la salud emocional», apunta la máxima responsable de la sanidad pública asturiana.
Asturias es, a día de hoy, la comunidad con mayor tasa de suicidios en niños y jóvenes. La región lidera igualmente las estadísticas de trastornos mentales en adultos. Un informe elaborado recientemente por el Ministerio de Sanidad refleja que uno de cada tres asturianos refiere problemas de sueño, depresión o ansiedad. Aun así, tranquiliza la Consejería de Saavedra, el número de primeras consultas en Salud Mental disminuyó en el primer semestre de 2023: de las 2.683 registradas en 2022 se pasó este año a 2.482. Por el contrario, aumentaron las citas para revisiones, de 21.905 a 24.956. Actualmente, la red de Salud Mental del Principado atiende a 6.315 pacientes.
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