La tributación por primer vez en la historia del salario mínimo interprofesional (SMI) tras aprobarse esta semana una nueva subida del 4,4% (hasta los ... 1184 euros brutos mensuales en 14 pagas), lo que supone en la práctica que el Ministerio de Hacienda se queda con casi la mitad de los 700 euros anuales que implica este incremento, ha generado un cisma en el Gobierno central entre el departamento que encabeza la socialista María Jesús Montero, y el Ministerio de Trabajo, liderado por Yolanda Díaz, de Sumar. Un choque que ya ha tenido su réplica en el Gobierno del Principado después de que el pasado miércoles, tras la reunión de portavoces, el de IU-Convocatoria por Asturias, Xabel Vegas, quisiera trasladar públicamente su «preocupación» y malestar por lo ocurrido. «Creemos que esto es injusto. A nosotros muchas veces los poderes económicos nos acusan de querer subir impuestos y de querer crear un infierno fiscal en Asturias, y otras barbaridades de este estilo, pero esto demuestra que es totalmente lo contrario. Nosotros creemos en un sistema tributario justo donde los que más tienen más paguen y los que menos tienen, como es este caso, la gente que cobra el salario mínimo, no tengan que tributar porque creemos que ya están pasando por suficientes dificultades como para encima hacerles tributar y restarle una parte de esos 700 euros que van a cobrar más al año«, recriminó el diputado de IU-Convocatoria por Asturias, socio minoritario del Gobierno de Adrián Barbón.
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Paula De las Heras
Sin embargo, desde la consejería de Hacienda, Guillermo Peláez quiso este jueves diferenciar ambos aspectos e incluso llegó a pedir que se «disociaran» ambas cuestiones. Por un lado, puso en valor la revalorización del salario mínimo interprofesional de hasta el 61% desde 2018, «uno de los objetivos del Gobierno progresista para dignificar las condiciones de trabajo» ya que, argumentó, «una persona que tiene una jornada completa debe tener los recursos disponibles para poder desarrollar su vida». No obstante, entiende que esto no debe mezclarse con el sistema tributario donde, recordó, hay que fijar unos umbrales «por debajo de los cuales no es razonable tributar y por encima de los cuales sí se debe ser un contribuyente neto». Unos umbrales, declaró, que deben estar relacionados con las circunstancias personales y familiares de cada contribuyente que, en función de las mismas y de su renta, debe contribuir. «Creo que el debate fiscal y el debate del salario mínimo interprofesional se deberían disociar», quiso zanjar.
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