El Ridea aportará «borradores de ley» al Principado para la reactivación del campo

La función de esta comisión, de cara a su aplicación más práctica, será la de «aportar borradores de ley a la Junta General del Principado para facilitar la labor legislativa necesaria para hacer posible la reactivación del campo asturiano», explica Vigil, que advierte de que nuestro entorno rural «tiene amplias zonas con densidades inferiores a los seis habitantes por kilómetro cuadrado, menos que en el Sahel o en la costa de Groenlandia».

La tarea que se ha impuesto el Ridea es ingente, pero «muy necesaria si queremos evitar el abandono definitivo del campo». Por ello, en la comisión habrá desde fiscalistas, civilistas o geógrafos a patrimonialistas o sociólogos. Vigil subraya que «ya hemos hablado con el presidente del Principado, Adrián Barbón, y está muy interesado en que la comisión salga adelante».

«Hay que modificar la ley de contratación pública»

Rodríguez-Vigil considera, por ejemplo que uno de los pasos a dar con urgencia «es modificar la legislación de contratación pública para dar prioridad a las empresas o entidades radicadas en el municipio en el que se vaya a actuar. Tanto por ayudar a fijar población con empleo, como para optimizar los tiempos de trabajo».

«Una visión moderna hacia nuevas formas de gestión»

Una de las líneas de trabajo de la comisión será la de estudiar el conocimiento profundo del entorno que rezuma el derecho tradicional asturiano, si bien desde «una visión moderna enfocada hacia nuevas formas de gestión del entorno» en la que las comunidades locales tengan más peso a la hora de decidir.

«La gestión del monte hoy es autoritaria y funcionarial»

«En los primeros años del siglo pasado, la Administración Forestal evitó la deforestación, pero expropió a los ayuntamientos y a las parroquias su propiedad. Pero hoy es prácticamente imposible que haya casos de prevaricación municipal como los que se trataban de impedir con aquella regulación. Hoy se debería modernizar el régimen de propiedad de los montes», afirma Rodríguez-Vigil, teniendo en cuenta los usos o desusos que ha habido en cada lugar. Como ejemplo, alude a los «deslindes enloquecidos que se han adoptado en Tineo, que acabarían privando de la posesión del monte a personas que llevan más de 30 años trabajándolo y que lo han convertido en terrenos de pastizal excelentísimo, a los que hay que darles una salida razonable, como pueden ser fórmulas de concesión a largo plazo». Más aún, «hay claras dificultades objetivas para aclarar de forma fehaciente la titularidad de muchos montes sin tener que acudir a costosos pleitos», por lo que es «urgente acometer una profunda reflexión por parte de los órganos de gobierno de los Ayuntamientos y de la propia comunidad autónoma sobre la compleja problemática jurídica, fáctica y de explotación que hay en torno a los bienes comunales, porque hoy la gestión del monte es autoritaria y funcionarial. Por ejemplo, es aberrante la venta por subasta de la madera, cuando hay precios normalizados europeos que aquí no se aplican, llevando a casos como el de Bedramón, donde se vendió la madera quemada y la no quemada a precio de quemada». Concretando, Rodríguez-Vigil insta a adoptar figuras que devuelvan la propiedad y el aprovechamiento de los montes «a los vecinos», en tanto en cuanto estos «recuperen la actividad económica en los mismos».

«Debe tener el máximo de formación, ella es la base»

La recuperación del equilibrio demográfico en la zona rural pasa por la reincorporación de jóvenes en edad de trabajar, en particular mujeres. Rodríguez-Vigil recuerda que la situación no es la de antaño: «Ya no existe la familia nuclear, sino que la mayoría son parejas sin hijos o con uno. La mujer, que es la base de todo porque aporta trabajo, energía y capacidad de relación social, debe tener acceso al máximo de formación, de ocupación y poder disponer de ocio y tiempo libre, para lo que hay que fomentar el cooperativismo».