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Entre el arroz de Calasparra, que asegura tener en su despensa, y el portavoz de Podemos en la Junta General, Emilio León, que acudió, según sus palabras, a «agradecer a Cantabria la atención pediátrica a nuestros niños», el presidente de la vecina comunidad, Miguel Ángel Revilla, tuvo palabras para Tola.
«Me da pena, porque siento la muerte de todos los animales, pero esto demuestra que Furaco no fue el culpable de que no hubiera descendencia». Se refiere el presidente cántabro a la cesión de un ejemplar macho, Furaco, a Asturias para intentar el relevo generacional en la Casa del Oso de Proaza.
Tras varios intentos, solo Tola quedó embarazada de un ejemplar que, no obstante, no sobrevivió al parto.
«Se dijo en aquel momento que habíamos mandado un oso rana y se ha demostrado que Tola era un poco mayor. Porque Furaco, desde que volvió, no para. Tenemos certificados 18 hijos».
Aseguró que en el Parque Natural de Cabárceno «tenemos 87 osos a disposición de Asturias. Esta vez, que escojan ellos, para que no digan que les mandamos los que no funcionan», bromeó.
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