Marta González, de la librería Campoamor en Gijón, donde los libros de texto están llegando bajo pedido. J. C. Román

El retraso en la publicación de los temarios deja a Asturias sin libros de texto

La falta de planificación ha hecho que las editoriales demoren la impresión y las librerías trabajan al 60% por la escasez de material

Miércoles, 24 de agosto 2022, 21:53

Las librerías asturianas están teniendo auténticos problemas para abastecer el mercado de libros de texto que, como cada año, vuelve a imponerse semanas antes del inicio de curso. Este año el retraso es considerable y los establecimientos aseguran estar trabajando «al 60%» como consecuencia de ... la falta de material.

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El retraso de la Consejería de Educación a la hora de publicar los currículos de ESO y Bachillerato ha supuesto estos importantes retrasos. Primero porque los centros solo han tenido acceso a unos borradores con los que poder establecer las programaciones y la elección de libros. Algunos han tirado por la calle del medio y basándose en esos borradores ha elegido los libros de texto. Otros, por contra, no han querido aventurarse y han decidido no arriesgarse a encargar los libros hasta que el Principado no publique los currículos.

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Por todo esto. Las editoriales, que a estas alturas deberían de tener el stock lleno, están ahora en plena impresión, por lo que las estanterías de las librerías están medio vacías.

«Las familias se ponen nerviosos porque reciben algunos libros y otros no», señala Marta González, propietaria de la librería Campoamor en Gijón. Ello se debe a que este año académico todos los tomos correspondientes a los cursos impares -1º, 3º y 5º de Primaria y 1º y 3º de ESO- habrán de cambiar para adaptarse a los temarios de la nueva Lomloe.

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Aunque, en principio, los cambios no afectarán a los libros de cursos pares hasta el próximo año, las librerías temen que entonces vuelva a repetirse el mismo escenario, con la inquietud extra que ello genera en el profesorado y familias. «Muchos quieren irse de vacaciones con los libros cerrados, pero así imposible», asegura Marta González. Por ese motivo, Covadonga Fernández, de la librería Pinocho en Gijón, aconseja a los padres «tomárselo con calma».

«Bajo pedido»

Este año, advierte, las editoriales están funcionando un poco «bajo pedido» y algunas ya han avisado a los establecimientos de que determinados ejemplares no estarán disponibles hasta septiembre u octubre, «como pronto». «Aunque aumenten la producción, estaremos en las mismas. Sin currículos no hay libros», advierte Mar Prieto, presidenta de la asociación de libreros de Oviedo y propietaria de la librería Campoamor.

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Si bien en su establecimiento el nivel de encargos se mantiene, Prieto es un tanto crítica con el hecho de que cada vez se compren menos ejemplares, ya sea porque muchos colegios hacen acopio de libros de años anteriores», o bien por la «competencia desleal de algunos centros», que llegan a acuerdos paralelos con las editoriales.

Ventas mermadas

Tere Sancho, de la librería Antares en Oviedo, no está demasiado preocupada en lo tocante a la escasez de libros de texto. Primero, porque es consciente de que el desabastecimiento es un fenómeno generalizado y está afectando a la totalidad de editoriales. Segundo, porque «cada año vendemos menos», lamenta. En su pequeño establecimiento los encargos se han reducido drásticamente desde que los colegios empezaron a comercializar con libros de texto. «A veces amenazo con abrir yo una cafetería o ponerme a vender naranjas», ironiza Tere Sancho que piensa, «egoístamente», que la venta de libros debería ser una actividad exclusiva de los establecimientos como el suyo.

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Una opinión que también suscribe la gijonesa Covadonga Fernández. En su caso, ve con buenos ojos que los centros con licencia puedan comercializar con libros, pero desaprueba rotundamente a aquellos otros que, a efectos prácticos, «se comportan de forma desleal a la hora de llegar a acuerdos con las editoriales».

Sea como fuere, lo cierto es que este año los estudiantes de Primaria y Secundaria tendrán que esperar más de lo previsto para tener sus libros de texto. Es probable, incluso, que muchos de ellos no lleguen a tiempo y el inicio de las clases arranque sin los manuales correspondientes. Un contratiempo añadido que echa más leña al fuego de la incertidumbre de un año escolar marcado por la implantación de la Lomloe.

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