Mario Fernández Fraga - Profesor de investigación en el CINN-CSIC
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Mario Fernández Fraga - Profesor de investigación en el CINN-CSIC
«El reto que tenemos es ofrecer a los investigadores condiciones y un entorno favorable»Acaban de concederle el Premio de Investigador Distinguido por la Academia Asturiana de Ciencia e Ingeniería. De hecho, Mario Fernández Fraga (Pola de Lena, 1970) estrena el palmarés «por sus contribuciones en el campo de la epigenética del desarrollo, el envejecimiento y el cáncer». El ... investigador del CINN-CSIC, subdirector científico del ISPA, donde coordina el área del cáncer y lidera el laboratorio de Epigenética, perteneciente también al IUOPA, agradece un reconocimiento que ve como una gran oportunidad para realzar el relevante papel de la ciencia como «base del progreso». Hablamos con uno de los científicos más relevantes del país, humilde pero apasionado con su trabajo, cuyos logros los sustenta siempre en la palabra 'equipo', en el suyo porque «tener la posibilidad de formar parte de ese grupo hace que todo merezca la pena».
–Enhorabuena. ¿Qué supone este premio?
–Es relevante porque viene de casa y ser profeta en tu tierra no es fácil. Y mucho más que venga de la Academia de Ciencia, recién creada a imagen de las que ya existen en otras comunidades, y que pone en valor la ciencia que se hace en Asturias, que por sí sola no lo hace. La gente que integra esta academia es gente muy seria, con una trayectoria muy buena y que está haciendo las cosas muy bien.
–¿Le gustaría entrar a formar parte de la academia
–Sí, me gustaría, todo lo que pueda ayudar o contribuir para dar realce a la ciencia que se hace en la región, encantado. Lo intento hacer por otras vías como, por ejemplo, en el proyecto de AsturiasInnova+ de este periódico, que no deja de ser un tipo de academia que trata de poner en valor la investigación e innovación que se hace en Asturias.
–Está a la cabeza de los rankings científicos a nivel nacional e internacional y, junto a usted, muchos investigadores asturianos. Eso ya dice mucho del nivel que existe en Asturias ¿verdad?
–No sé exactamente los motivos, quizá por una tradición que viene de Severo Ochoa y Margarita Salas, pero aquí en Asturias hay una concentración de investigadores en biomedicina que está por encima de lo que cabría esperar en relación a la población que tenemos. Eso es un lujo que tenemos que proteger y promover. También está el papel de Carlos López Otín como eje generador de nuevas generaciones. Hay muchos rankings pero, al final, lo que valoran son las publicaciones que has hecho y su impacto y lo que vienen a decir es que en Asturias los hay muy buenos en diferentes áreas, pero en biomedicina somos fuertes.
–Habla de referencias y menciona a Otín, pero usted también lo es.
–Nosotros hacemos lo que podemos. Tenemos un laboratorio donde lo más importante es que la gente llegue cada día a trabajar y le apetezca hacerlo y le guste lo que está haciendo. Esa es la base del trabajo. No obsesionarse con conseguir objetivos de publicar esto o conseguir lo otro. Lo más importante para Agus –Agustín F. Fernández, compañero universitario y científico con quien dirige el laboratorio– y para mí es crear un buen ambiente, un buen grupo de trabajo donde la gente esté contenta. Y a partir de ahí viene todo.
–Veo que para usted no hay un yo, hay un nosotros.
–Porque el tema de los premios está muy bien, pero para mí lo más importante es el equipo. Tener a este grupo de gente que es tan buena, desde el ámbito personal y que además son unos lumbreras, es lo mejor. Tener la posibilidad de formar parte de este grupo hace que todo merezca la pena. Lo digo así porque lo pienso. Un laboratorio es un proyecto a largo plazo y no tiene que ser personalista. Ahora estoy yo al frente pero es importante mantener la sucesión y estamos creando un grupo sólido que es lo que me gustaría dejar antes de dar un paso al lado.
–¿Y en qué están centrados en este momento?
–Tenemos cosas muy chulas, empezamos un proyecto europeo y estamos en un proceso editorial muy bueno. Seguimos trabajando con la epigenética, poniéndose el foco en el envejecimiento y en el cáncer. En el primer caso, con proyectos que quizá son más conceptuales. Tratamos de entender el papel de todos estos mecanismos moleculares, el fondo de la cuestión, en el proceso de envejecimiento. Y, en el segundo, buscamos entender el cáncer con proyectos más traslacionales, que buscan una aplicación práctica, no a corto plazo, pero sí a medio. Por ejemplo identificar biomarcadores que ayuden a los a los profesionales asistenciales a dar una mejor atención al paciente.
–¿Cómo está ahora el ambiente en el ISPA, donde en los últimos tiempos ha habido tensiones?
–Lo importante es tener en cuenta que la investigación la llevan a cabo los investigadores y sin unas condiciones y un entorno favorable es muy difícil. Ese es el reto como región y es lo que tienen que tener en cuenta los que toman decisiones. Que para hacer investigación tenemos que tener investigadores lo más sólidos posibles y eso se consigue reteniendo a los formados aquí o atrayendo a otros. Y para eso hay que dejar a un lado las ideas trasnochadas de que los científicos viven en una burbuja. Hay que ofrecerles unas condiciones atractivas para desarrollar su vida personal y la profesional. En Asturias y en el ISPA.
–Una de las cuestiones que se criticó en el instituto fue, precisamente, la preponderancia del ámbito de gestión frente al investigador. Críticas que salieron de dentro.
–Todos los institutos no podrían funcionar si no hubiera una parte de gestión. En todos los que estuve antes de acabar en el ISPA era así y jamás encontré una dicotomía. Cada uno tiene su trabajo. El problema que hay en el ISPA seguramente es que tenemos que trabajar para que los investigadores estén cómodos, porque si no ven una salida profesional se genera malestar. Todo se ataja consiguiendo que tengan una carrera profesional normal y corriente. Haces bien tu trabajo, sigues trabajando. Algo que hoy por hoy hay margen para mejorar.
–¿Le parece buena idea aunar bajo un mismo paraguas las áreas de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación?
–No conozco el proyecto en profundidad. En principio, tener una agencia regional de investigación es algo bueno. Seguramente lo necesitemos por agrupar los diferentes organismos que tenemos deslavazados que se enfocan a la ciencia. Vamos a ver primero cómo funciona.
–¿Pero es partidario de agrupar la ciencia y el ámbito empresarial en un mismo organismo?
–Está muy bien poner ciencia y competitividad empresarial en el mismo nivel, porque en el fondo no deja de ser lo mismo. Vuelvo a mencionar vuestro proyecto de AsturiasInnova+ con lo conjugáis. Parecen dos perspectivas diferentes, pero es lo mismo, es avanzar y tener claro que es importante hacerlo, como refleja esta agencia. Avances bien en el mundo de la empresa, de la innovación o de la ciencia. Porque parece una chorrada, pero no se avanza solo. Para conseguir un avance hay que dedicar energía para probar un montón de cosas y ver que una de las pruebas mejora lo que tienes. Eso es consumo de energía, que es dinero, fondos, inversión...
–¿Qué le pide al nuevo Gobierno regional?
–Que ponga los suficientes medios para que en Asturias tengamos el tejido investigador que se merecen los investigadores que están en la región y que permita atraer riqueza y variedad. En el ámbito de la medicina somos una de la regiones que más gasto tiene en atención sanitaria por habitante y es estupendo. Pero me gustaría que eso comulgase con una inversión coherente en investigación biomédica. Se que en el Gobierno del Principado son conscientes de que es necesario, pero nosotros seguiremos insistiendo.
–Dígame ¿se ha pasado la euforia entorno a la ciencia que se generó durante la pandemia?
–Totalmente. La pandemia nos queda como muy lejos y el ser humano tiende a borrar de su mente lo que no le gusta. Pero esto lleva consigo que nos olvidemos de la importancia de la ciencia. Recientemente perdí un familiar joven muy querido por cáncer y cuando pasas por eso y lo vives en primera persona te das cuenta de todo. Y por esa situación que pasé yo, están pasando miles de personas. Pero no las suficientes para que hay una conciencia global de la importancia de investigación biomédica. No se constata el sufrimiento de la gente. Es complicado y lo entiendo. Pero como no se constata, no hay esa conciencia global. La hubo en la pandemia porque nos afectó a todos. Y los que tienen que tomar decisiones son un reflejo de la sociedad. Para avanzar hay que dedicar esfuerzo y energías, eso implica investigación e innovación, que la sociedad se conciencie y que clase política ponga los medios. Porque la ciencia es la base del progreso y hay que hacer que la sociedad avance.
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