El presupuesto de 2023 «será la prueba de nuestro compromiso con el reto demográfico»

El jefe del Ejecutivo autonómico ha sido quien más dudas ha venido sembrando sobre las posibilidades de lograr una mayoría a favor del borrador de cuentas. Esta mañana valoró que en política «nunca hay nada fácil o difícil si hay voluntad». Las negociaciones «con los grupos parlamentarios» serán los que verifiquen las opciones de éxito, apuntó. «Hay unos partidos con los que no se puede hablar, como la ultraderecha, que ni siquiera fue capaz de defender la financiación autonómica para Asturias, y otros que están en una situación interna compleja y no sé hasta qué punto tendrán libertad para negociar», asumió.

Barbón recordó que este año está previsto que Asturias baje oficialmente del millón de habitantes, hecho que coincide con un repunte de la natalidad en la primera parte del año, novedad que «no deja de suponer un destello de alegría». Eso sí, «la ingenuidad es un lujo que no podemos permitirnos», matizó. Por ello reconoció que esa respuesta no se puede atribuir a las medidas puestas en marcha hasta ahora.

La caída de la demografía es un fenómeno que se reproduce en territorios prósperos, por lo que el presidente tildó de «verdad parcial» que la natalidad caiga donde hay malas perspectivas económicas. «Del mismo modo tampoco podemos deslizarnos hacia la simpleza reaccionaria que culpa a las mujeres, como si la maternidad fuera un destino obligado y no una elección voluntaria», advirtió.

Como no tiene una solo causa, tampoco considera el presidente que exista una «única solución. Esas propuestas que suenan a pócimas milagrosas, digamos las propias ayudas a la natalidad o la extensión de la red de escuelas infantiles, solo son válidas si engranan con otras medidas orientadas al mismo fin». Para Barbón, «quien sostenga que esto se soluciona en un solo mandato, miente.