«Celebrar la vida en Grado» entre cuatro centenarias ejemplares

Los trabajadores habían dispuesto todo para que nada fallase, después de que la flexibilización de las medidas sanitarias les permitiese un uso más holgado de las zonas comunes. La jornada trasladó a todos los integrantes a La Habana desde primera hora de la mañana, momento en el que pudieron degustar un surtido de frutas tropicales, acompañado de un mojito. «Sin alcohol, por supuesto», bromeó el director de la residencia, Carlos Briansó. «Han sido meses muy largos y hoy, por fin, podemos retomar este tipo de actividades», añadió.

Los residentes también tuvieron la oportunidad de disfrutar de un paseo en descapotable por el concejo moscón y de un menú compuesto por arroz a la cubana y una elaboración isleña a base de pollo.

El pequeño impás de actividades, permitió a las cuatro protagonistas de la fiesta preparase para la sesión vespertina. Con un sombrero rojo y un ánimo rebosante de felicidad, la casi centenaria Isabel García hizo su irrupción en la zona habilitada para la celebración. «Mi cumpleaños es dentro de una semana, pero hoy lo celebramos todos juntos; tengo el privilegio de ser la encargada de llevar las redes sociales del centro porque me manejo muy bien con la tecnología», aclaró enérgicamente. García, que vivió 78 años en Cuba, no quiso olvidarse de sus compañeros que más sufrieron, durante el primer envite del virus en la residencia: «Lo pasamos con mucho dolor y mucha pena, al principio no sabíamos nada, sentimos mucho las pérdidas, pero quiero destacar el trabajo del equipo que nos cuidó en todo momento. Su opinión la comparte otra de las cumpleañeras, Sara Fernández, quien, además, se alegró de que «por fin todo esté terminando».

A la pequeña Habana moscona también acudieron la consejera de Servicios Sociales, Melania Álvarez, y la gerente del ERA, Ana María Suárez, quienes no dudaron de acompañar a los residentes en su vestimenta. Ya en tono más formal, Álvarez destacó la «entereza» con la que todos los allí presentes enfrentaron al virus y tuvo una mención especial para las centenarias: «Sois un ejemplo para todos los que venimos detrás; vuestra lucha es un ejemplo y el espejo en el que todos nos tenemos que mirar», dijo para concluir el acto.

La prueba de que el ser humano siempre se sobrepone a la adversidad está en Grado. No solo en las cuatro centenarias, sino en todas las personas que componen la residencia y que no dejaron de luchar para salir adelante, sin importarles las piedras del camino.