Secciones
Servicios
Destacamos
RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Sábado, 1 de junio 2019, 01:52
Un esbardu de unos cinco meses fue ayer rescatado por personal del Principado en Santo Adriano y permanece en observación, con la idea de volver a soltarlo en el medio natural. El animal, un hembra de oso pardo cantábrico, era objeto de seguimiento desde el martes, cuando un vecino avisó al 112 al observar a la cría moribunda cerca de un río. Gracias a la llamada, agentes del Medio Natural con el respaldo de un veterinario localizaron al plantígrado y confirmaron que parecía abandonado por su madre y mostraba escasa vitalidad.
Los profesionales resolvieron que urgía intervenir. «Las crías suelen pasar dos invernadas junto a su madre, y cuando son tan jóvenes las posibilidades de que salgan adelante sin esa ayuda materna son reducidas», respalda Carlos Nores, profesor honorario de Zoología de la Universidad de Oviedo. Desde la asociación de Agentes del Medio Natural (Agumnpa) indican que la solución consistió en atrapar al esbardu y, en el mismo lugar, proporcionarle hidratación y suplemento alimenticio. «Recuperó pronto, que es lo que suele pasar cuando superan la deshidratación», confirman. Se la animó a marchar para que se reencontrara con su familia.
La duda que entonces embargaba a los técnicos era si la madre volvería a aceptar a su cría, una vez ya había decidido dejarla atrás. Hay pocas experiencias al respecto y los científicos manejan diversas hipótesis sobre en qué circunstancias una osa abandona a su esbardu. «La estrategia de las osas está siempre guiada por buscar una optimización de la descendencia», aclara el profesor Nores.
«Si observa que la cría no va a salir adelante porque sufre una herida o le pasa algo, la abandona. Es lo que vimos con 'Villarina'», recuerda. Caso de ser la única cría a su cargo, con el sacrificio la madre pretende volver al celo y lograr así una nueva camada el año siguiente.
El miércoles y el jueves los agentes no dieron con el animal, lo que les hizo creer que la madre lo había aceptado. Ayer por la mañana sin embargo el esbardu apareció en la parroquia de Tuñón, en un camino que baja de Sabadía, y siguió hasta los jardines del Centro de Tratamiento de Adicciones. El animal cojeaba y llegó hasta el estanque. El personal del centro terminó comunicando la situación a las autoridades, lo que motivó una nueva intervención.
Esta vez la Consejería de Medio Ambiente optó por llevar primero al esbardu a las instalaciones de la Fundación Oso de Asturias. Posteriormente fue trasladado a una clínica veterinaria de Oviedo a la que se suele recurrir en estos casos para hacer analíticas y pruebas. Los resultados, explican desde la administración, indican que «el animal está bien».
Los guardas del medio natural mantienen ahora un dispositivo de búsqueda para localizar a la madre. El objetivo es que, si los veterinarios confirman la viabilidad de la cría, se intente su reintroducción en algún punto donde encuentre alimentación y tenga a la madre cerca, para facilitar la reagrupación.
Estos son los pasos que marca el Protocolo de intervención con osos en la cordillera cantábrica, aprobado el pasado enero por la comisión estatal de Patrimonio Natural. En borradores anteriores el programa determinaba la captura de osos en caso de que fueran peligrosos para los vecinos y se mostraran demasiado habituados a la presencia humana. La versión definitiva sin embargo marca el rescate también cuando se observe que el animal es una cría abandonada por su madre con escasas posibilidades de salir adelante.
Medio Ambiente mantiene como objetivo la suelta del animal tan pronto como sea posible. «Hay que dejar trabajar a los técnicos de la administración; saben lo que hacen», avala Nores. El protocolo solo ampara mantenerla en cautividad si tras varios intentos no resulta viable esa operación. El debate sobre su nombre ya está abierto. Familiares de la vecina que la localizó ayer apostaban en redes sociales por denominarla 'Azu', en honor a la mujer que la divisió. En el Centro de Tratamiento de Adicciones preguntaron a la administración si podían ponerle nombre. La costumbre forjada en los casos anteriores es la de designarla según el lugar donde apareció, lo que llevaría a 'Sabadía' según los especialistas consultados.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.