Renfe reconoce que sus datos de viajeros por paradas se basan en «estimaciones»

Es una de las debilidades de la planificación ferroviaria: Feve en realidad no conoce con exactitud cuántos pasajeros mueven sus trenes. La mayor parte de los apeaderos que tiene desperdigados fuera de los núcleos principales carecen de personal, tornos o máquinas de venta. El interesado solo puede subirse al tren y esperar a toparse con un revisor, cuerpo del que la compañía anda también escaso.

Renfe, la sociedad matriz de Feve, reconoce así que las estadísticas que maneja por estaciones «proceden de los datos obtenidos de los sistemas de control de accesos, cuando existen». En los apeaderos sin torno se basa en «estudios estimativos de medición de aforos». El resultado es por tanto una aproximación a la realidad que no atiende a «la incidencia del fraude en el transporte», comentan fuentes de la compañía.

La metodología para calibrar cuánta gente puede estar usando el tren desde apeaderos sin máquinas ha ido variando también en los últimos años, lo que provoca cambios en los números utilizados para ciertos puntos. Al final se impone una dinámica perversa: las paradas con menos gente es a la vez de la que menos información fidedigna se dispone. Cuando este periódico ha recorrido los tramos que oficialmente se tienen como infrautilizados ha constatado que efectivamente esos convoyes captan usuarios esporádicos que aprovechan la falta de máquinas para hacer desplazamientos cortos sin pagar. También se identificaron viajeros que expresaban su fastidio por lo contar con máquinas de venta embarcadas para tener al menos así la oportunidad de comprar un billete que diera fe de que ese tren es aprovechado por más gente de la que la compañía cree.