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La intoxicación de 27 personas en varios restaurantes de Asturias y Cantabria puso en marca el año pasado una investigación policial que ha concluido con la desarticulación de una red internacional que introducía almeja japónica contaminada en España desde Portugal. La operación 'Txuspas', llevada a cabo por la Guardia Civil bajo la coordinación de EUROPOL, se ha saldado con 43 personas detenidas e investigadas (39 españoles, cuatro portugueses), la intervención de 38,5 toneladas de productos y 80.000 euros en metálico.
Los investigadores, que estiman en nueve millones de euros los beneficios de esta red delictiva, han logrado demostrar que la organización se dedicaba a la pesca ilegal de los bivalvos en Portugal y su posterior comercialización a través de viveros españoles. Para ello, utilizaban dos rutas de entrada en España con destino final Huelva y Cantabria. La Guardia Civil ha explicado a través de una nota de prensa que «tras un breve tratamiento de depuración mediante circulación de agua limpia, incapaz de realizar una depuración completa, la almeja contaminada era puesta en el mercado a través de comercios vinculados con la venta de moluscos y restaurantes».
La investigación ha permitido conocer la connivencia entre los suministradores de la almeja japónica y los responsables de los viveros, que «mezclaban los bivalvos intoxicados con la almeja adquirida legalmente, al objeto de hacer perder la trazabilidad». De esta forma, detalla el Cuerpo, «ante una posible intoxicación, resultaría imposible determinar el origen». Además, los responsables de los viveros utilizaban documentos falsos de estuarios portugueses con el fin de enmascarar la procedencia real de la almeja. En total, hay once empresas involucradas y se ha localizado un almacén clandestino donde almacenaban el producto.
Según ha explicado la Guardia Civil, aunque la actividad de las empresas investigadas se centraba en España, toda la almeja procedía del marisqueo furtivo en la costa de Portugal, por lo que se trabajó con la Autoridade pela Segurança Alimentaria e Economica. En coordinación con el SEPRONA, se frustó en el mes de octubre de 2019 el último envío que la organización criminal trató de introducir en España, aprehendiéndose 2,5 toneladas de almeja japónica contaminada en suelo luso.
Los grupos de furtivos, dedicados a la recolección de los bivalvos intervenidos, estaban compuestos principalmente por personas de diferentes nacionalidades de Europa del Este, con escasos recursos económicos, que actuaban al margen de la legislación, asignación de cupos, etcétera. Los principales dirigentes y transportistas han sido detenidos en España y en Portugal tras ser objeto de seguimiento y control de las entregas, de los cobros de dinero y verificar tanto la falta de asentamiento como de trazabilidad de la mercancía.
La comercialización de la almeja japónica contaminada fue detectada en restaurantes y comercios dedicados a la venta de moluscos, sobre todo de zonas costeras. En todos los casos,« eran desconocedores de la procedencia real, debido a que las depuradoras españolas enmascaraban su origen», ha asegurado la Guardia Civil.
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