Un recuerdo para «el alcalde de Mieres que lo fue hasta el último día»

Que Aníbal Vázquez Fernández (Mieres, 1954-2023) fue uno de los alcaldes más queridos del concejo del Camín lo afirmaba la declaración del gobierno del Principado que le concedía a título póstumo la Medalla de Asturias y que sigue siendo en la memoria de todos uno de los políticos más apreciados y respetados se evidenció ayer durante la lectura del discurso pronunciado por su hija Susana Vázquez, en nombre de su familia.

Con palabras sencillas, directas y profundas, como las que le gustaba pronunciar al añorado regidor mierense, su digna heredera comenzó expresando la dificultad de «manejar al mismo tiempo sentimientos como la gratitud y el dolor» y que «en nuestro caso, el de la familia de Aníbal, se experimentan hoy con especial intensidad». Agradeció no sólo la distinción del Ejecutivo asturiano a su padre, sino también «todo el carino y afecto que hemos recibido desde su fallecimiento». Y con la misma sinceridad y emoción fue trazando un hermoso retrato de «un minero y sindicalista que trabajó duro para mejorar las condiciones de trabajo en las entrañas de la tierra y para que mina y muerte no fueran de la mano con tanta frecuencia».

Lo evocó como «una persona inquieta y comprometida», algo que le llevó a participar activamente en diferentes colectivos, de los que la Asociación Sánta Bárbara, que contribuyó a fundar, «fue de la que siempre se sintion más orgulloso». Con voz firme, Susana Vázquez rememoró el paso adelante que le pidieron sus compañeros de Izquierda Unida para liderar la candidatura a la Alcaldía de Mieres, que ganó en 2011 y donde «fue alcalde de hasta el último de sus días».

De su labor al frente del Ayuntamiento, aseguró que «siempre se sintió en deuda con sus vecinas y vecinos, que lo apoyaron con tanta lealtad como generosidad», ante lo que él mismo aseguraba «que se sentía incapaz de estar a la altura ante semejante demostración de confianza». Y en ese dibujo emocionado de su estatura política, su hija apuntaría que «nunca escatimó esfuerzos por cambiar las cosas porque sabía que los grandes cambios empezaban por lo pequeño» y por lo que era una de sus máximas como responsable público: «Hablar poco y hacer más».

Para lograr esa práctica ética en cada uno de sus actos de compromiso con los ciudadanos y con los demás, Aníbal Vazquez, en palabras de su hija, afirmaba que «había que conjugar cinco elementos de una receta que vimos cocinar en casa a fuego lento: sentido común, coherencia, humildad, ejemplaridad y siempre una buena dosis de sentido del humor», desveló sobre una fórmula secreta «hecha a cuatro manos porque mi padre siempre tuvo muy claro que el trabajo en equipo era el mejor secreto del éxito».

Sin poder contener la emoción, se enorgulleció de que «mi hermano David y yo fuimos creciendo con raciones diarias de este menú que es el mejor legado que nadie puede dejar a sus hijos». La hija del popular alcalde de Mieres terminó dando las gracias a todos los que los acompañaron en el duro momento de su fallecimiento y «por haber querido tanto a nuestro padre, que, ante todo, fue siempre una buena persona».

Entre los elogios expresados por el presidente Barbón a los galardonados con las Medallas de Asturias, destacó por su especial emotividad el dedicado a la memoria del fallecido alcalde mierense Aníbal Vázquez, a quien llamó «hermano» y se imaginó en una tesitura como aquella: «Pienso en ti en este acto, incómodo dentro del traje, deseando que esto acabe pronto y a la vez intensamente orgulloso de que uno de los alcaldes más queridos de la historia de Mieres luzca la medalla de todos los asturianos».

Acerca de su trayectoria, el mandatario autonómico afirmó que «cada uno deja un rastro en la vida, de Aníbal se han dicho muchísimas cosas, tantas buenas y ciertas que es difícil elegir. A mí, que lo conocí muy bien, me gusta recordarle como un antídoto contra el sectarismo, alguien plenamente identificado con sus ideas y sus conviccioes, pero al mismo tiempo siempre abierto a los demás», aseguró.

• Temas
• Día de Asturias