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Hace solo unas semanas, la Asociación Española de Pediatría actualizó su guía sobre el uso de las pantallas y ha lanzado, junto a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), la campaña 'Cambia el Plan', una iniciativa para promover la salud digital de los menores a través de la concienciación de sus padres y madres, reduciendo los riesgos que supone a nivel físico, mental, sexual y social el uso intensivo y sin control de las pantallas.
Al margen de eso, las nuevas recomendaciones limitan el tiempo aconsejado frente a las pantallas. Especialmente para los más pequeños: el mensaje es muy claro, hasta los seis años, cero pantallas, salvo excepciones con supervión de un adulto.
Entre los 7 y los 12 años, se recomienda limitar el uso de pantallas a menos de una hora diaria. Si los niños usan dispositivos, aconsejan que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y dormitorio.
A partir de los 13, lo primero que recomiendan los especialistas es retrasar al máximo la edad del primer smartphone. Y, en caso de que ya tenga, instalar las herramientas de control parental.
Los riegos de los excesos van desde la alteración del sueño hasta la peor alimentación, pasando por una menor actividad física, un mayor riesgo cardiovascular y fatiga visual, entre otras.
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