«Ante Pedro Duque dije que era una pena que para brillar en ciencia haya que salir del país»

Es la suya una química 'verde' que, en lugar de derivados del petróleo, emplea mezclas de urea o una parte de la vitamina B4 (inocua para los humanos) para hacer más ecológicas esas reacciones. Son sustancias que cuentan con la ventaja de que, en conjunción con determinadas enzimas, permiten modular la reacción para obtener un producto final concreto, incluso en estado puro. «No es descartable que estos sean los disolventes del futuro, pero por ahora estamos en ensayos a pequeña escala en el laboratorio», cuenta María Jesús Rodríguez.

Son más ecológicos, no generan tantos residuos, no contaminan ni provienen de recursos agotables, pero esos «productos de alto valor añadido» en los que está poniendo todos sus esfuerzos tienen una desventaja: su elevado coste, algo que, sabe, hoy por hoy encaja mal con la búsqueda de beneficios por parte de las empresas. Por eso es consciente de que hasta su implantación en la industria farmacéutica o cosmética «pasarán aún unos años».

La química 'verde' que desarrolla dentro del grupo de investigación COMORCA y bajo la tutela de Victorio Cadierno, el investigador principal, y Joaquín García Álvarez, su «jefe» directo, les está generando amplio reconocimiento por parte de la comunidad científica. «No somos los únicos que trabajamos en ese campo, pero en muchas ocasiones hemos sido los primeros en obtener resultados», destaca esta joven investigadora.

Su trabajo fue reconocido recientemente con uno de los premios a los mejores investigadores de menos de 40 años convocados a nivel nacional por la Real Sociedad Española de Química y la Federación de empresas de la industria química (Feique). Lo consiguió en la categoría de mejor publicación de un proyecto de colaboración con una entidad privada, en este caso, la empresa asturiana Entrechem. El galardón lo recogió en una gala celebrada el martes en Madrid y presidida por el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades. Ante Pedro Duque, a la gijonesa no le faltaron arrestos para referirse a la situación de los investigadores patrios. Tras recibir el premio y tomar la palabra «dije que era una pena que para brilla en ciencia, haya que salir del país».

A ella no le preocupa tanto tener que buscarse el futuro fuera de España, «donde estamos muy bien valorados». De hecho, está mentalizada en que su futuro profesional más inmediato -una vez lea su tesis doctoral, a mediados del próximo año- la obligará a hacer las maletas. A esta gijonesa lo que de verdad le duele es que las opciones para volver sean prácticamente nulas. «Se nos está tratando muy mal», se queja.