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La suya es una de las asociaciones más antiguas de la región. Nació cuando él tenía solo diez años, en 1987, con el nombre de Iniciativas Canguesas de Turismo. Pero Incatur se convirtió pronto en la patronal turística del oriente de la región, una posición ... que su nuevo presidente, Javier Alonso (Vigo, 1977) quiere recuperar. Aporta al sector una visión diferente a la tradicional de empresario de alojamiento o de hostelería. Lo suyo es el turismo activo, con Turaventura, con sede en Cangas de Onís y Ribadeseslla.
–¿Cómo le 'engañaron' para presidir Incatur?
–(Risas) Porque, básicamente, iba a desaparecer. El presidente, Saúl Pascual, había agotado ya el plazo, llevaba cinco años y dijo que o había alguien más o lo dejaba. Tras varios meses, al final di el paso adelante para que, por lo menos, Incatur siga. Y, además, que recupere socios que perdió en los últimos años. Esa es la idea de la nueva directiva, en la que Saúl sigue como vicepresidente.
–Incatur fue la voz del oriente.
–Sí, fue la más importante. Nosotros somos 150 socios, es decir, 150 empresarios que estamos intentando salir adelante. Y muchos no se dan cuenta que para eso es importante tener una asociación que nos ayude y asesore.
–El crecimiento de Otea. ¿está detrás de esa pérdida?
–Sí. Otea sirvió para aunar esfuerzos entre Hostelería de Asturias y Unión Hotelera. Y se profesionalizó. En el oriente sigue estando Incatur, pero también hay asociaciones más pequeñas tanto en Arriondas como en Cabrales o en Llanes o Cangas de Onís. Y a esas me dirijo, para hacer con ellas lo mismo que hizo Otea en el centro de la región. Que se sumen a Incatur para tener más peso y voz ante la Administración. Aglutinar en Incatur a las empresas del oriente.
–El oriente es la meca turística.
–(Risas) Bueno, al centro y al occidente no se lo diga. Eso es lo bueno y, también, lo malo si no lo sabe gestionar. Tenemos que fijarnos en otras zonas de España, como Canarias, Baleares, en las que el exceso de turismo está creando problemas. Y nosotros queremos que el oriente no llegue a eso.
–Empresarios del oriente ya se quejan de falta de plantilla porque no tienen donde vivir.
–Claro, es que el problema es nacional. Se ha intentando solucionar con la nueva Ley de Vivienda, pero no se ha solucionado el problema real: no hay vivienda para la gente que quiere vivir todo el año en un sitio. Con la nueva ley no tienen seguridad con los contratos a largo plazo si dejan de pagar. Y optan por el contrato turístico, que saben que es un cliente temporal que paga.
–El Principado intenta frenar el crecimiento de pisos turísticos.
–Habrá que ver qué pueden hacer. El problema está en la Ley de Vivienda y esa deberían cambiarla. Lo que van a hacer ahora es una revisión, porque esas viviendas estaban en un limbo, que no se sabía si era negocio o no.
–Es la primera vez que un empresario de turismo activo preside una asociación de turismo.
–Las empresas de turismo activo comenzaron a funcionar hace muchos años. Primero con el descenso del Sella, luego con rutas en quad, luego barranquismo y demás experiencias. Asturias tiene la mayor oferta del norte, junto a Pirineos, de actividades en la naturaleza. Eso hace que a la gente que nos viene a visitar les demos cosas que hacer. Aquí, nadie se aburre. Y por el presupuesto, que no se preocupen, tenemos las tarifas más baratas del país.
–¿Hay turismo que llega solo por la oferta de actividades?
–Sí. Hay clientes que vienen a Asturias exclusivamente a hacer una actividad.
–¿En el Sella hay más caonas que peces?
–(Risas) Lo que pasó en 2020 y 2021 no se va a volver a repetir. El problema fue que con la covid, no se podía salir de España y se recomendaban las actividades al aire libre. Y Asturias se llenó, pero todas las empresas tuvimos capacidad para asumir. De hecho, el año pasado y el anterior eso ya no se repitió. ¿Que hay más canoas en momentos puntuales de agosto que el resto de días? Sí, pero eso también se solucionaría con mayor margen horario.
–¿Es pequeño el actual?
–Porque la Confederación Hidrográfica del Cantábrico impone, tras un acuerdo con los pescadores, un horario para ellos y otro para canoas. No puede haber canoas antes de las 11 horas. Y, hasta el 15 de agosto el plazo acaba a las 18 horas. Después, a las 20. Si nos dejaran salir a las 10.30, no habría los colapsos que se ven ahora en la salida.
–¿Solicitará el cambio el nuevo presidente?
–Nosotros podremos hacer lo que nos planteen los socios. Sé que se han hecho varias solicitudes, pero no ha habido cambios.
–Asturias, ¿aunque llueva?
–Dependemos mucho de las informaciones meteorológicas y siempre son negativas.
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