Queipo también activa el modo campaña: «Me encantaría batirme con Barbón en 2027»

Quedan aún tres años para que los asturianos acudamos a las urnas para elegir al presidente del Principado, pero los líderes de los dos principales partidos de la región ya se han puesto el mono de campaña. Hace meses que el socialista Adrián Barbón anunció su intención a presentarse a la reelección como jefe del Ejecutivo y como vicesecretario general de la FSA, reiterado de nuevo el sábado en el acto socialista en Funeres, y ayer fue el turno para el popular Álvaro Queipo. «Me encantaría batirme a Barbón en 2027», afirmó ayer.

Respondía así el presidente del PP asturiano a las críticas lanzadas el sábado por el secretario general de la FSA y presidente del Principado, Adrián Barbón, en Funeres, a los populares, de los que dijo que «no tienen proyecto ni ideas par Asturias». Para Queipo, estas alusiones «dicne mucho de cuál es la salud del PSOE y confianza de Barbón, porque que el inicio del curso político del PSOE sea hacer oposición al PP y a Queipo... Ya van adoptando la postura de oposición a lo que cree que es inevitable, que Asturias respira cambio».

A Queipo le sorprende también «el empeño de Barbón en decir que será candidato» con tanto tiempo de antelación. «Supongo que él mismo tiene duda. Si va a ser candidato, sería lo mejor. Me encantaría batirme con Barbón en 2027», dijo.

El presidente del PP asturiano también se refirió a la negociación del modelo de financiación que arrancará las próximas semanas, con las reuniones que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mantendrá en Moncloa con cada presidente autonómico. Álvaro Queipo insistió en que «mi presidente –por Adrián Barbón– tiene el apoyo del PP para negociar la mejor financiación posible para Asturias en el marco de los puntos aprobados en la Junta General en 2020». Eso sí, con una condición: «Barbón y el PSOE tienen el apoyo del PP para negociar la financiación de Asturias en un espacio en el que tienen que participar todas las comunidades, pero no el apoyo para negociar bilateralmente como está haciendo el Gobierno con Cataluña».