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Adrián Pumares, secretario general de Foro y diputado electo, rompió esta mañana el silencio que había mantenido desde que el pasado viernes su partido alcanzara un acuerdo de gobierno en Gijón con el PP, pero también con Vox, lo que ha ocasionado dos dimisiones ... . Pumares reconoció esta mañana abiertamente y sin tapujos que el acuerdo le «incomoda» tanto por una «cuestión de ideología política como personal», en clara referencia a los ataques que recibió a través de duras campañas publicitarias de desprestigio que puso en marcha durante la legislatura pasada la formación liderada por Santiago Abascal contra su persona a raíz de las negociaciones para la reforma del Estatuto de Autonomía y la oficialidad del asturiano. Negó que se hubiera planteado en ningún momento dimitir y aclaró que, de haberlo hecho, el siguiente paso hubiera sido renunciar al acta. «No soy un tránsfuga», apostilló.
A partir de ahí, negó de forma taxativa y reiterada que cualquier pacto de índole municipal pudiera afectar «al funcionamiento de Foro ni al trabajo que voy a desarrollar en la Junta General». De hecho, comenzó su intervención tendiendo la mano al presidente en funciones y candidato a la reelección, el socialista Adrián Barbón, para abordar los retos de la próxima legislatura. Citó, entre otros, la reforma del Estatuto de Autonomía para revisar cuestiones como su preámbulo, la posibilidad de que el presidente pueda convocar elecciones autonómicas o el traspaso de competencias ferroviarias. Entiende que con la aritmética parlamentaria actual es imposible ahora retomar la negociación para la oficialidad del asturiano pero sí pidió a Barbón que fuera «valiente» para avanzar en la ley de uso y promoción del asturiano, que no se está cumpliendo.
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Pumares dejaba así claro que el acuerdo en Gijón con Vox no va a suponer ningún tipo de giro político por parte de Foro en el Parlamento, pero tampoco como formación política. «No existe ninguna duda en relación a la defensa del asturiano y la cultura y la llingua asturiana por parte de Foro», insistió Pumares durante una rueda de prensa en la que respondió en asturiano a las preguntas formuladas en esta lengua.
El diputado electo se mostró convencido, además, de que el pacto municipal tampoco afectará a la relación que mantiene con otras fuerzas políticas, principalmente con el PSOE, con quien espera iniciar los contactos esta misma semana para debatir sobre el funcionamiento de la Cámara. Recordó que su objetivo en la Junta es velar por los intereses de Asturias y evitar «que la gobernabilidad recaiga en los extremos» y, con esa meta, prometió trabajar «con lealtad al Gobierno de Adrián Barbón y también con la mayor de las exigencias». No se plantea, dice, que el PSOE pueda tener ahora mayores reticencias para negociar con Foro en la Junta por su pacto con Vox. «El PSOE sabe que voy siempre con voluntad de consenso», argumentó. De hecho, presumió que en la misma noche electoral mantuvo contacto con Adrián Barbón y con otros dirigentes socialistas, «mientras del PP no me llamó nadie», apostilló. No tuvo tampoco reparos a la hora de reconocer que está valorando el sentido de su voto en la investidura de Adrián Barbón -solo hay dos opciones, abstención o apoyo-, mientras rechazó la posibilidad de apoyar al candidato popular, Diego Canga.
Pumares enmarcó el pacto gijonés a la autonomía municipal y se remitió a la comisión directiva convocada para el próximo 28 de junio, donde expondrá de forma amplia su postura al respecto. No obstante, ya avanzó que se trata de un pacto que le incomoda, pero que enmarca en la autonomía municipal que defiende Foro y que él respeta. Lamentó la dimisión como miembro de la ejecutiva de José Suárez Arias-Cachero y el abandono del partido tanto por parte de Inaciu Iglesias, también miembro de la comisión directiva, como de Carlos Suárez, candidato a la Alcaldía de Oviedo. Se refirió a los tres como amigos y aseguró que su pérdida es, desde un punto de vista político, «difícilmente reparable». No obstante, mostró respeto a tales decisiones personales.
Además, quiso enfatizar el compromiso de Carmen Moriyón con el partido durante los últimos meses pese al coste personal que ha supuesto para ella, así como su apoyo y respeto con la cultura asturiana «digna de elogio» y el hecho de que hubiera demostrado durante su último mandato como alcaldesa de Gijón que siempre ha defendido y promovido una ciudad «plural, diversa y que atiende a las minorías». Y, zanjó Pumares, «los que la conocemos podemos decir con toda la fuerza que eso no va a cambiar en absoluto».
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