La pugna de Podemos amenaza con llegar a los tribunales

Su lectura de lo que ocurrió el martes no tiene nada que ver con la oficial, que da por completada la renovación de los órganos internos con el nombramiento de diez nuevos miembros del CCA, de los que seis serían afines a Castañón y cuatro a Ripa. Estos, sumados a los veinte elegidos en la asamblea de diciembre, suponen un cambio en la correlación de fuerzas en este órgano a favor de la coordinadora, cuyo voto de calidad será decisivo ante cualquier disputa. De hecho, Castañón ya ha convocado «el primer CCA de la nueva etapa» para el próximo sábado en Lugo de Llanera, y se espera que en esta reunión se proceda al nombramiento de los diferentes cargos orgánicos del partido, y que se apruebe el más que probable cambio en la portavocía del grupo parlamentario, que ahora ejerce Ripa.

El sector crítico, sin embargo, aduce que siguiendo la resolución de la Comisión de Garantías (compuesta íntegramente por miembros afines a Ripa), los votos procedentes de los «cuatro círculos fraudulentos creados durante la última semana (Fozaneldi, Lugones, El Cristo y Buenavista)» no deben tenerse en cuenta y, sin ellos, la candidatura de Castañón seguiría en minoría dentro del CCA. Por ello, reclaman a la nueva coordinadora que paralice el proceso porque, «si sigue adelante con la convocatoria del CCA, va a cometer infracciones graves», y amenazan con hacer frente a las mismas siguiendo los cauces habituales, hasta llegar a los juzgados. «Sofía Castañón tiene en su mano evitar los juzgados», advertía ayer Andrés Fernández Vilanova 'Ron', exsecretario de Organización y exdiputado del partido.

Sus amenazas no parecen amedrentar al equipo de Castañón que, sin embargo, lamenta el «ridículo» que en su opinión se está ofreciendo desde el otro lado del partido. «Es un contrasentido -opinan- no reconocer la victoria de la actual coordinadora autonómica pero sí a los miembros de una comisión (de Garantías) que fueron elegidos en las mismas papeletas y urnas que ella». Están construyendo, dicen, «una profecía autocumplida y una realidad paralela que recuerda demasiado al trumpismo, lo triste es que ya ni nos sorprenda. Lástima ver a un exdiputado haciendo así el ridículo».