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MARCO MENÉNDEZ
GIJÓN.
Jueves, 26 de octubre 2017, 01:43
Los últimos datos indican que solo hay entre 250 y 300 urogallos machos en la Cordillera Cantábrica, lo que hizo que anteayer el viceconsejero de Medio Ambiente, Benigno Fernández, calificara de «crítica» la situación de la especie en Asturias. Es más, apuntó que «no ... hay vuelta atrás».
No está de acuerdo con esta afirmación uno de los principales expertos en urogallos, el biólogo Rolando Rodríguez, de la Universidad de Exeter (Reino Unido) e integrante de la asociación Geotrupes. Es así porque «falta información». En su opinión, «no se ha hecho nada en serio por conservar al urogallo» y recuerda que «se han gastado mucho dinero, unos seis millones de euros del proyecto Life+ Urogallo Cantábrico, sin ningún tipo de fundamento». Rodríguez reconoce que la situación del ave es «muy crítica» y recuerda que un estudio de la Universidad de Oviedo considera «inviable» un programa de cría en cautividad.
Pero el gran problema, según este experto, es que aún se desconoce el motivo del declive del urogallo cantábrico. «Hay que saber cuál es el problema. Si no se aborda una investigación en profundidad no se podrá solucionar», explica, por lo que reclama «un proyecto potente y voluntad por parte de los políticos. No es algo que pueda hacer un equipo de investigación en sus ratos libres».
Rodríguez critica que desde Life+ se partiera de factores negativos para el urogallos como la depredación, el hábitat o la competencia con los hervíboros «y los dieran por válidos», sin contemplar otras posibilidades y apunta que «la situación es tan lamentable que, a pesar del dinero del programa Life+, la Administración tiene una información de bajísima calidad. No sabemos ni cuántos urogallos hay».
Lo que lamenta este biólogo es que, «si la situación no cambia, al urogallo le queda poco tiempo». Sí explica que hay investigadores profundizando en el problema: «La población de urogallo cantábrico es muy diferente a la del resto de urogallos y cuando se pierda se podrán introducir otros, pero no serán urogallos cantábricos».
El caso es que existen dos 'linajes' de urogallos: el boreal, con varios millones en el mundo, y el meridional, con unos cuantos miles en la Cordillera Cantábrica, los Pirineos, Grecia, Bulgaria, los Cárpatos y Serbia. Es con este último linaje con el que «habría que atrabajar, porque tiene baja variabilidad genética. Pero hay que tener en cuenta que todas estas poblaciones están amenazadas. Además, esas diferencias genéticas podrían indicar que el urogallo cantábrico es otra especie distinta», apunta Rodríguez.
Su conclusión es que «no estoy de acuerdo con que la situación del urogallo sea irrevertible, porque no se ha hecho un estudio sólido. Lo sería si se hace un trabajo en serio, con las mejores técnicas y vez que no funciona».
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