El programa de cercanías requiere elevar un 139% la inversión en la red asturiana

Como con el plan de vías de Gijón, el equipo de José Luis Ábalos también aquí introdujo dudas, para después resolver la tensión asumiendo el esquema de su predecesor. En julio el ministro señaló que había que avanzar en la línea de los planes de cercanías ya presentados, «pero dando un carácter de unidad a los mismos e integrándolos, por lo que desarrollaremos un plan nacional de cercanías en colaboración con todas las administraciones». Dos meses después y preguntado por ese plan nacional, el secretario general de Infraestructuras, José Javier Izquierdo, respondió que «en breve licitaremos un nuevo estudio informativo para ver cómo resolverlas y compatibilizarlas con las mercancías, porque a veces se generan dificultades de tráfico». Esta semana el ministro regresó al punto de origen; tras revisar el plan de su predecesor su conclusión, dijo, es la de asumirlo en su totalidad.

Hacerlo obliga a echar el resto. El plan distribuía las inversiones en un calendario realizado por los técnicos, nunca hecho público, y al que tuvo acceso EL COMERCIO. Acatarlo obliga a reservar 71,6 millones del presupuesto de 2019, un 139% más que la consignación actual.

Comprobar el compromiso de Ábalos será cuestión de conocer las próximas cuentas estatales, si finalmente el Gobierno de Pedro Sánchez las presenta. A su favor el ministro tiene que junto al presidente del Principado, Javier Fernández, anunció que prescindiría de la rampa de Pajares una vez abierta la variante, sin desatar especial polémica por ello. La decisión supone descartar la renovación integral de la rampa aprobada en los Presupuestos Generales en vigor, y que estaba dotada de 145 millones. Es un fondo que ahora queda liberado para que Fomento lo destine en obras dentro o fuera de Asturias.