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Dicen que ha sido una «primera toma de contacto», que aún hay «mucho camino por delante» y que no será fácil. Pero lo cierto es que los sindicatos docentes ya se habían plantado en encuentros previos y creen que ha llegado el momento de abordar ... una negociación que llega más de diez años tarde y que podría suponer un auténtico cambio en cuestiones básicas de la función docente. Con reivindicaciones muy importantes por ambas partes. Por su lado, la Administración quiere introducir cambios en el sistema de oposiciones, introducir un examen de acceso a los grados de magisterio, reformar los contenidos de las titulaciones y regular el acompañamiento inicial de los nuevos profesores. A los sindicatos les urgen más otras cuestiones: la bajada de las ratios en las aulas, la rebaja de los horarios docentes (y, sobre todo, su equiparación en todo el Estado), la regulación de la carrera profesional, la reducción de las tareas burocráticas, la integración de todos los cuerpos docentes en el subgrupo A1 (es el nivel del cuerpo de Secundaria, pero el de maestros tiene un nivel A2, pese a que hace años que no existe diferencia de titulaciones como las que había entre diplomaturas y licenciaturas) y, cómo no, la situación de Muface.
Muchas cuestiones sobre la mesa, todas importantes y que, además, conllevarían importantes desembolsos económicos. Por lo tanto, si realmente arranca la negociación y se forman los grupos de trabajo que se están diseñando tras el primer encuentro, la negociación se prevé larga. En ese primer encuentro, que estaba programado para revisar el borrador del Real Decreto que regulará la Inspección Educativa, asistieron Ministerio de Educación y los sindicatos ANPE, CC OO, STE, CSIF, UGT, CIG y ELA.
Todos ellos recuerdan, en primer lugar, el retraso. Cuando se aprobó el Estatuto Básico del Empleado Público, el de la Función Docente (y alguno más) quedaron pendientes. Hablamos de hace casi 20 años. El de los profesores es el único que queda por desarrollar, y eso que la LOMLOE fijó un nuevo plazo que también ha sido superado. «Somos el único colectivo que no tiene una norma estatal que lo regule», lamenta Borja Llorente, de CC OO. De ahí que «cada comunidad puede hacer lo que quiera en muchos aspectos», critica Jorge Caro, de CSIF. Eso, junto con la rebaja de las ratios por aula para asegurar la atención personalizada que promulga la LOMLOE, son dos de las cuestiones básicas que exigen los sindicatos.
Un estatuto consensuado debería unificar, por ejemplo, las horas lectivas, una vieja batalla entre los sindicatos asturianos. En época de recortes, el Gobierno del PP amplió dicho horario y, hasta ahora, no todo el territorio ha recuperado las condiciones anteriores, esto es, 18 horas lectivas semanales en Secundaria y 23 en Infantil y Primaria. En Asturias, los de Secundaria ya recuperaron las 18 horas y los maestros lo harán, según el acuerdo firmado en septiembre, en el curso 2026-27. La regulación debería homogeneizar también en la medida de lo posible los baremos en las oposiciones (en Asturias han cambiado este mismo curso, cuando se ha otorgado, por ejemplo, más peso a los conocimientos de asturiano) y la carrera profesional (en nuestra comunidad existe la evaluación docente, no apoyada por todos los sindicatos). UGT, por su parte, se muestra escéptico sobre el recorrido de las negociaciones y ANPE, conforme con creación de grupos de trabajo y la participación de las comunidades autónomas en la negociación. El sindicato añade, a todos los temas, uno más: la subida de los niveles del complemento de destino de todos los cuerpos docentes.
Se llama 'Informe final con la propuesta de marco de competencias profesionales docentes' y ha sido elaborado por miembros del grupo de trabajo de Formación del Profesorado del Ministerio de Educación. Representantes de la Conferencia de Decanos de Educación, del propio ministerio y de las comunidades han plasmado el «conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes básicas» que debe tener un docente al inicio de su carrera y, a partir de ahí, a lo largo de tres niveles. Esto es, sería la base para el desarrollo de la carrera profesional.
El nivel 0 correspondería a «la formación inicial, en un contexto de prácticas o situación simulada de aprendizaje», es decir, la primera etapa de la carrera profesional. El nivel 1 es el inicio realmente de dicha carrera, con un «desempeño docente cada vez más autónomo». El nivel 2 corresponde «al desarrollo profesional alcanzado gracias a la experiencia profesional y a la formación permanente, que permite un desempeño autónomo, eficiente y versátil» y que puede contribuir a la «transformación del centro». El último nivel, el 3, se otorgaría al «desarrollo docente que sirve de referente en la práctica profesional y que, en calidad de persona experta, investiga, asesora, coordina y promueve procesos de innovación».
Este documento habla de una docena de competencias: programación del proceso de aprendizaje y enseñanza; práctica y gestión del proceso de aprendizaje y enseñanza; evaluación de dicho proceso; desarrollo integral y bienestar del alumnado y del docente; acción tutorial; convivencia y valores democráticos: compromiso profesional; compromiso con la mejora y la calidad educativa; desarrollo profesional continuo; liderazgo docente.; digital docente y lingüística docente. Para cada competencia especifica los indicadores de logro para conseguir cada uno de los niveles.
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