El Principado rechaza bajar impuestos porque la presión fiscal «está por debajo de la media»

Cambios que no afectarán, como pedía el popular Pablo González, al impuesto de Sucesiones, por ejemplo. Cárcaba volvió a las cifras: «Menos del 1% de los herederos de línea directa lo paga en Asturias. Son unos 200 al año y son los que tienen herencias más elevadas», las que superan el millón de euros, algo «poco habitual, porque la herencia media en Asturias está entre 50.000 y 60.000 euros», explicó la consejera en la primera sesión plenaria del nuevo curso político, que se estrenó con este debate.

Tampoco considera el Gobierno asturiano que necesite cambios el impuesto de transmisiones patrimoniales, ya que «al 95% se le aplica un tipo impositivo del 8%, similar o inferior a otras comunidades», como sucede, defendió, en el de actos jurídicos documentados. En Patrimonio «estamos en la media».

En cualquier caso, la consejera quiso recordar que los impuestos propios, aquellos sobre los que el Principado tiene competencias, «suponen algo menos del 2% de los tributos que asume el ciudadano», porque el 98% restante «viene de las grandes figuras impositivas estatales, sobre las que nosotros no tenemos capacidad de decisión». Cárcaba defendió el «modelo fiscal» del PSOE, frente a las críticas de la oposición, un sistema «equitativo, progresivo, justo y que garantice la suficiencia financiera para atender los servicios públicos».

En cuanto a las «modificaciones puntuales» que sí se pueden abordar, estarán en la línea de las actuaciones aprobadas en los dos últimos ejercicios, en el marco de los presupuestos regionales, como «las medidas fiscales que han servido de apoyo a otras políticas como la lucha contra la despoblación o la retención del talento». Será, por lo tanto, cuando se aborde la negociación del presupuesto de 2022 cuando llegue el momento de concretar cuáles pueden ser esas nuevas medidas puntuales de las ayer habló la consejera.

A una de las ya puestas en marcha, a la que pretendía luchar contra la despoblación, se refirió el popular Pablo González y aseguró que «esos cincuenta eurinos que daban, dos años después de aprobarse, no saben a cuánta gente ha beneficiado». González habló una y otra vez de una «Asturias inventada, de mentira», una Asturias con «el peor dato nacional en tasa de actividad, con una presión fiscal asfixiante para realizar cualquier actividad empresarial, donde menos crece el PIB de toda España y donde más se renuncia a herencias, 1.978 el año pasado, el 9,8% del total de herencias». Según el PP, es la «segunda comunidad que más grava a sus ciudadanos». «Para muchos, es un purgatorio».

Más dura aún fue la diputada de Vox Sara Álvarez Rouco, que habló directamente de «infierno fiscal», de una Asturias «empobrecida y decadente a la que nos ha llevado su partido». Ypidió reducir los impuestos después de comprobar que «la recuperación económica no ha sido tan positiva como en otras comunidades». Una cuestión esta última que negó la consejera de Hacienda, quien además insistió en desligar fiscalidad y crecimiento económico. Yhabló de una «caída del PIB inferior a la media nacional», de un crecimiento en el segundo trimestre mayor al de comunidades como Galicia, Cantabria y Madrid, de las cifras de paro de agosto, las «más bajas desde 2018», del «mejor comportamiento del turismo a nivel nacional... La recuperación económica se está logrando, pero no bajando impuestos», concluyó Ana Cárcaba, tras repasar las medidas económicas puestas en marcha durante la pandemia.