El Principado promete dejar claras las zonas de exclusión de los parques de baterías

La instalación de los parques de baterías en Asturias sigue generando el rechazo de una parte importante de la población, sobre todo en los entornos rurales y residenciales. Esto quedó claro ayer en Illas, en un encuentro vecinal que contó con la presencia del director general de Ordenación de Territorio, Ignacio Ruiz Latierro; el alcalde del concejo, Alberto Tirador; expertos en materia medioambiental y vecinos, quienes debatieron sus ideas e inquietudes sobre este asunto. En el debate, Latierro se comprometió a que el Principado establecerá las zonas de exclusión de los parques de baterías, con el objetivo de «proteger las áreas rurales y residenciales», al tiempo que aclaró que «la última palabra para poner en marcha un estudio de implantación sobre estas instalaciones, la tiene el pleno», señaló. Añadió que «trabajaremos en establecer, además, las directrices y los criterios adecuados para que los parques de baterías no supongan un problema para los vecinos».

Otro de los criterios que definirá el Gobierno asturiano, una vez aprobada la normativa de los parques de baterías, es la distancia de seguridad entre estas instalaciones y las poblaciones o zonas forestales. Los parques de baterías no podrán instalarse a menos de 1.000 metros de núcleos urbanos, ni a menos de 500 metros de explotaciones ganaderas o masas forestales.

Para el regidor de Illas, los parques de baterías «representan un ataque directo a las zonas residenciales y sobre todo al medio rural». «No podemos permitir que se implanten estas instalaciones sin un estudio de las zonas donde puede hacerse, que sería en suelo industrial», comentó Alberto Tirador.

Además, explicó que «hay muchos vecinos en Illas que se verían muy afectados si no se hace una correcta planificación desde el Principado. Lo que está claro es que no podemos repercutir negativamente en la calidad de vida de la gente», insistió.

Por su parte, uno de los afectados por esta situación explicó a este periódico que «somos unos cien vecinos que estamos muy preocupados por lo que está sucediendo y alzaremos la voz todo lo que haga falta», explicó el vecino de Illas, que añadió que estas instalaciones «son una tecnología nueva y poco experimentada» que no les ofrece garantías de que no vaya a generar «una catástrofe ecológica».

Aclaró que «no estamos en contra de las energías renovables, pero siempre y cuando estén ubicadas en zonas industriales» y aseguró que lo que no es correcto es que quieran implementar estos proyectos «como si fueran un poste de la luz, cuando es una instalación eléctrica con muchos riesgos», añadió.

A finales de junio, había 170 solicitudes para la instalación de parques de baterías de hasta 200 contenedores en territorio asturiano, 47 de ellos en tramitación y 35 ya publicados. Muchos de estos proyectos nacieron envueltos en polémica y con el rechazo de colectivos vecinales y ecologistas por las ubicaciones elegidas por los promotores de los parques, en muchos casos cercanas a las viviendas, para estar próximos a una subestación o una línea de evacuación de alta tensión.