El Principado planteará a la Policía un nuevo protocolo antifugas de menores tutelados

Así lo aseguró Del Arco tras mantener una reunión con los directores de los ocho centros públicos y los diez concertados especializados en el acogimiento de menores. Una cita que se prolongó durante más de dos horas y que concluyó con la activación de nuevos protocolos con la Policía y con el Sespa. Especialmente se «va a afinar», explicó la consejera, el que mantiene el Principado «con la Policía Nacional para coordinarnos en caso de fugas».

Un problema, el de las fugas de los centros, que desveló EL COMERCIO y que sacó a la luz varios casos de menores víctimas de agresiones tras fugarse del centro de acogida al que las trasladó el Principado tras retirarle la tutela a sus familias. Ese y la reciente red de explotación sexual ha supuesto, como ayer ya anunció este periódico, la aceleración de la puesta en marcha del nuevo modelo de cuidados a la infancia, con la reducción de ratios (grupos de cinco menores por educador como mucho).

Algo a lo que sumó la consejera «la necesidad de ir a una formación continuada. Hasta ahora habíamos establecido formaciones semestrales, pero la formación debe ser continua y reiterada». En la misma línea, anunció que «vamos a reeditar el curso que dimos tras la covid sobre riesgos de la red».

Sin embargo, sobre la propuesta lanzada por los expertos sobre la limitación del uso de móviles y dispositivos electrónicos, la consejera mostró su convencimiento de que eso «sería como poner puertas al mar». Recordó que el uso de estos dispositivos «ya está restringido en los centros» y que no son solo los menores tutelados los que tienen problemas con las redes sociales. «Esta situación de vulnerabilidad de la adolescencia en general están teniendo riesgos con aplicaciones como Sugar Daddy. Las adolescentes entienden que hay gente mayor que las quiere y las cuida».

En su encuentro con los medios de comunicación, Marta del Arco también respondió a la petición de dimisión que ha planteado el PP y Vox. «No pienso», zanjó, aunque fue más cortante respecto a las críticas de Vox. «No voy a hacer ningún tipo de declaración en relación con la utilización que está haciendo la ultraderecha de este caso. Van a revictimizarla».

Sí quiso explicar su criticada frase «son cosas de la vida» que pronunció el pasado martes en su comparecencia tras hacerse pública la operación policial que desmanteló la red de explotación sexual de menores. «No me arrepiento. Lo que quería decir no se entendió. No tengo inconveniente en explicar que cuando dije esa famosa frase estaba hablando de que en el contexto familiar hay gente que agrede a los niños. Y en el contexto escolar, en el de la Iglesia, hay gente en la calle que agrede a los niños, en bares conocidos, que están en conocimiento de la policía... Eso es lo que quería decir. Es la vida que nos está tocando vivir y para ellos supone un riesgo tremendo. Sobre todo, para los adolescentes, que no lo ven y creen que no les va a pasar nada».

Por eso, insistió en «la necesidad de hablar y denunciar la violencia sobre la infancia» y remarcó que lo sucedido «es violencia sobre la mujer, sobre adolescentes», por lo que destacó «la gran colaboración que tenemos con el Centro de Crisis para Víctimas de Agresión Sexual».

Una comunicación que también han tenido los directores de los centros con todos los menores acogidos. «Los menores sí conocían la noticia, han preguntado por ella, se la hemos explicado de una manera comprensible para la edad de los que preguntaban. Lo importante es que tengan la confianza con sus educadores para denunciar si les ocurre algo».