El Principado multiplicará las inspecciones para frenar la proliferación de pisos turísticos ilegales

«Estamos poniendo en marcha la herramienta digital, que ya está en prueba, pero que de manera continuada está detectando esos alojamientos ilegales», aseguró la vicepresidenta del Gobierno regional, presidenta en funciones durante las vacaciones de Adrián Barbón.

Recordó Gimena Llamedo que «hemos aumentado sensiblemente las inspecciones», como prueban las cifras del primer semestre. Si entre 2010 y 2019, el equipo de inspección turística hacía 250 inspecciones de media anual, entre 2020 y 2024 la media se disparó a 600. Antes de finalizar junio, ya habían sido inspeccionadas 113 VUTs, con el resultado de propuesta de sanción para 53. En todo 2023, solo hubo 62 propuestas de sanción.

Las palabras de Llamedo llegaron después de que el vicepresidente de Otea, Fernando Corral, asegurara a EL COMERCIO que el primer pinchazo de la ocupación hotelera asturiana tras la pandemia, el detectado en junio, con un 0,7% menos de clientes y de reservas, se debe «a la competencia de las viviendas turísticas». Según él, la situación vivida en junio «se repetirá en julio y agosto».

Una aseveración que no desmintió el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, quien recordó que «en diez años hemos perdido 47 hoteles y 1.700 plazas hoteleras. Pero cada vez hay más turistas, está claro que son usuarios de viviendas turísticas». No obstante, coincidió con la vicepresidenta en que «son datos de junio. Una disminución en la hotelería que también veremos en la restauración, pero quizá porque fue un mes con la meteorología complicada». Y apuntó otra causa: «La política de cancelación en Asturias es menos restrictiva que en otras comunidades, por eso, en las reservas de última hora, quizá sea más fácil cancelar aquí que en otros lugares. Es algo más que tenemos que aprender.

Por su parte, Llamedo aseguró que, a falta de los resultados obtenidos en junio por los alojamientos extrahoteleros «en los primeros seis meses del año hay un crecimiento del 5,5 % en turistas y del 3,2% en estancias». Precisamente, «en unos meses que a nosotros nos interesa crecer» señaló el presidente de Otea.

Un primer paso para lograr la ansiada desestacionalización buscada por el sector desde hace años, que llega de la mano de otra asignatura pendiente: el viajero extranjero. En ese sector, «hubo un crecimiento del 7% y ya representa el 20% del total de viajeros», explicó Gimena Llamedo.

Volviendo a las VUTs, el presidente de Otea quiso dejar claro que «no es cuestión de restringir, sino de trabajar con más calidad». Entiende él que «Asturias ha hecho sus deberes», con la puesta en marcha del registro de empresas turísticas en 2016.

Mientras, la vicepresidenta recordó que, tal y como adelantó este periódico, en mayo «hubo mejores datos de turismo rural», una modalidad que no se había recuperado aún de la pandemia. «Y Asturias tiene el mayor nivel de reservas para el verano, con un 80% de ocupación», remachó.

Las palabras de ambos llegaron tras la presentación de la mayor partida de ayudas para el sector turístico. Más de 11,2 millones para mejoras en eficiencia energética. Es una partida con cargo a fondos europeos reforzada «con la partida no utilizada el año pasado» y cuyas bases han sido realizadas «de la mano con el sector», para evitar que ocurra lo de 2023, que hubo pocas solicitudes. Las peticiones pueden hacerse hasta el 31 de diciembre, salvo que se agote el presupuesto. «Esperamos decir en octubre que se agotaron», dijo Álvarez Almeida.