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EVA FANJUL
GIJÓN.
Jueves, 16 de enero 2020, 02:33
Investigar el envejecimiento activo y la longevidad, así como de la disminución de emisiones y gases de efecto invernadero serán las dos líneas estratégicas que marcarán la hoja de ruta en materia de Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i) en el Principado hasta 2030. Así lo ha decido el heterodoxo grupo de trabajo del Programa de Misiones, integrado por representantes seis consejerías del Principado, la Universidad de Oviedo, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), centros tecnológicos y empresas. El objetivo es presentar propuestas «concretas» que capten fondos tanto europeos como nacionales. Un reto que incluye la propuesta del consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, de convertir a Asturias en «una región piloto», en la que se lleven a cabo proyectos de investigación e innovación en el marco de las dos grandes misiones científicas.
En el ámbito del envejecimiento activo, el propósito es aumentar el porcentaje de personas que vive de forma autónoma durante más años y con mayor calidad de vida. Para ello, las propuestas se centrarán en la prevención de patologías asociadas al envejecimiento, enfermedades neurodegenerativas y metabólicas, o enfermedades crónicas. En cuanto a la reducción de emisiones contaminantes, se apostará por desarrollar las tecnologías necesarias. La meta es obtener y almacenar energía renovable a la vez que se reducen las emisiones industriales y el efecto invernadero en la región.
Para llevarla a cabo, el Principado impulsará la colaboración entre las empresas y los investigadores, de manera que creen «consorcios multidisciplinares públicos y privados, que traten de presentar propuestas dentro de los dos retos que hemos consensuado», indicó Sánchez. En concreto, se espera que la constitución de diez de estos consorcios, cinco por misión, que a su vez presenten otros tantos proyectos. Algo factible si se tiene en cuenta «el potencial de más de 600 compañías que hay en Asturias» -250 empresas tecnológicas (spin-off) y 352 firmas innovadoras- y que pueden unirse a grupos de investigación. El Principado destinará 400.000 euros a los consorcios, unos 40.000 para cada una de estas iniciativas científico-empresariales. El Ejecutivo asturiano también está dispuesto a «asumir la financiación y puesta en marcha de dos proyectos a partir de 2021 y en sucesivos presupuestos», indicó el consejero.
La consejería espera publicar, «en marzo o abril», las bases reguladoras y la convocatoria de ayudas a los consorcios para definir las propuestas concretas que optarán a la financiación nacional y europea.
La meta de la Consejería de Ciencia es disponer «del mayor número posible de portfolios» con los que competir por los fondos. Sobre todo, después de que el vicepresidente ejecutivo designado para el Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, mencionase que los fondos destinados a este pacto eran «un mensaje». Sánchez mostró su interés en «absorber» todas las ayudas posibles para abordar la transición energética, pero advirtió de que la región debe estar preparada para ello, con propuestas reales: «No tiene sentido que reguemos esto de millones de euros si luego no tenemos capacidad de absorber», recalcó.
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