![Asturias se fija como tope sacrificar al 9% de los lobos de la región cada año](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/202208/12/media/cortadas/75592207--1248x492.jpg)
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RAMÓN MUÑIZ
GIJÓN.
Viernes, 12 de agosto 2022, 03:13
El Principado y el Ministerio para la Transición Ecológica acordaron hace dos semanas abrir un resquicio legal que permite mantener al lobo como especie protegida y a la vez autorizar que se abatan ejemplares. El procedimiento requiere de la emisión de cuatro informes para ... cada animal a matar; en ellos los guardas y asesores científicos deben justificar que el sacrificio no amenaza la especie, identificar en la medida de lo posible que el ejemplar concreto causó daños importantes al ganado, y probar que el ganadero puso los medios a su alcance para evitar el ataque.
Una vez aclarado ese marco jurídico, la Consejería de Medio Rural acelera para reactivar los controles. Acaba de definir un «programa marco para el desarrollo de las extracciones de lobo» que, partiendo de un escenario distinto, avalaría un sistema cercano al que venía siguiendo.
Hasta que en septiembre de 2021 el ministerio protegió al lobo el Principado analizaba los daños que causaba la especie, dónde se concentraban, y fijaba en consecuencia un cupo anual de ejemplares a abatir. Los guardas luego nunca mataban tantos animales como se les autorizaba por lo esquivo de la propia especie.
El programa que se propone ahora parte de la normativa de las especies protegidas y pone el foco en la necesidad de asegurar una evolución favorable del lobo. Asumido ese esquema, razona que en Asturias las manadas no dejan de crecer y que esa progresión ha ido en paralelo a los controles que hacían los guardas, por lo tanto bastaría con mantenerse en esos umbrales de sacrificios efectivos para asegurar la conservación de los cánidos. Es decir, «el número máximo de ejemplares a extraer se establece conforme a la tasa media de los distintos programas» anuales que ha tenido el Principado «pues con ella se garantiza un rango de población estable, constituyendo la prueba de esa sostenibilidad, el hecho de que no sólo la población se mantiene a lo largo del tiempo, sino que aumenta y extiende su área de distribución», señala.
El Principado estima que en 2003 había unos 185 lobos y la población ha mantenido un crecimiento más o menos estable hasta alcanzar un máximo de 314 ejemplares en el último censo. La progresión se ha dado mientras los guardas abatían entre siete y 36 animales por curso. Cruzados los datos resulta una tasa media de capturas del 8,9% sobre la población estimada: «Con estos ratios de extracción anual de un máximo del 9% sobre el censo regional se aseguran los parámetros de conservación referente a rango, distribución y número de manadas/ejemplares para garantizar una población sostenible de lobo en los términos que establece la directiva Hábitats y la normativa al efecto».
A efectos prácticos esto supone que con el volumen actual de lobos se podría autorizar la muerte de un máximo de 28 animales. Solo hubo un año en el que se abatieron más, 2013. Matiz importante: establecido esta suerte de cupo teórico del 9%, luego hay que hacer un expediente por cada animal a sacrificar.
Pero, ¿por qué el borrador ampara un incremento de sacrificios? La clave está en que ahora lo que determinará el tope es la población total y ahora habría un 30% más de lobos que en 2014, lo que justifica que suba el volumen teórico de extracciones. Hasta ahora la referencia era el volumen de daños, que paradójicamente, va en regresión: desde 2014 hay una «tendencia descendente» en los ataques al ganado, reconoce el documento, al punto de haberse reducido un 40%.
Otro cambio. Los programas evitaban hacer hasta ahora los controles de población en la época en la que las lobas criaban. El borrador recuerda que a la especie se la protegió con una normativa según la cual «no procede» marcar una temporada óptima de sacrificios, sino que los mismos deberán «realizarse en un tiempo lo más próximo posible al perjuicio».
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