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CARLA VEGA
SOTO DE LA BARCA.
Martes, 14 de diciembre 2021, 02:01
El jueves el suroccidente asturiano volverá a manifestarse en la capital asturiana para exigir unas infraestructuras dignas. Se sienten aislados y no ven soluciones. El argayo registrado a finales del pasado mes de noviembre en la carretera AS-15 a la altura de la ... localidad tinetense de Soto de la Barca -que acabó con la vida de una vecina de Allande y dejó gravemente a su marido- ha sido la gota que ha colmado el vaso. Desde entonces la vía permanece cortada y el Principado no ha dado una fecha de apertura para la misma. En este sentido, el consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, afirmó ayer que desde que se produjo el desprendimiento todas las partes implicadas han trabajado «sin descanso para resolver esta situación lo antes posible». «Tras realizar el estudio previo necesario para corroborar la seguridad de la carretera, las actuaciones en la zona se iniciaron hace ya unos días, aunque el tráfico continúa cortado por precaución, ante la incapacidad de prever que los hechos puedan repetirse», manifestó el responsable autonómico.
Calvo afirmó en la presentación de la campaña de Navidad de Alimentos del Paraíso que, a pesar del temporal que azotó al Principado esta última semana, «se ha trabajado al máximo, con todos los recursos disponibles» para agilizar la vuelta a la normalidad de la AS-15. Destacó que la mejora del tiempo en los últimos días ha permitido que la adecuación de la zona «haya avanzado considerablemente» y por ello indicó que confía en que pueda solucionarse este corte de carretera «lo antes posible». Eso sí, no dio fecha alguna.
Detalló asimismo algunas de las actuaciones técnicas llevadas a acabo en la zona. El desprendimiento, que se produjo a unos 300 metros de altura, «ha obligado a envolver en malla metálica toda la roca y a limpiar la canal que ha quedado en su trayectoria para evitar que algo parecido pueda repetirse». Calvo detalló que esta labor de adecuación de la ladera es complicada, «con los operarios realizando su trabajo a unos 250 metros de altura» y afirmó estar preocupado por que la información generada en torno a este tema no generase demasiada presión en los propios trabajadores.
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