Así quedará la concentración de las áreas sanitarias de Asturias: de ocho a tres

Aunque el borrador todavía no se ha hecho público, EL COMERCIO ha podido conocer las líneas generales de la remodelación prevista por la Consejería, que pondrá fin a una organización sanitaria que se diseñó hace cuarenta años y que ya no responde a las necesidades asistenciales que ahora tiene la región. De acuerdo con dicha organización, el sistema de salud del Principado se divide ahora en ocho áreas sanitarias: I (noroccidente asturiano, Hospital de Jarrio), II (suroccidente, Hospital de Cangas del Narcea), III (Avilés y comarca, Hospital San Agustín), IV (Oviedo y área central, HUCA), V (Gijón, Villaviciosa y Carreño, Hospital de Cabueñes), VI (Oriente, Hospital de Arriondas), VII (cuenca del Caudal, Hospital Álvarez Buylla de Mieres) y VIII (cuenca del Nalón, Hospital de Langreo).

Esa división se simplificará para optimizar los recursos existentes -tanto humanos como materiales- y mejorar la organización del trabajo. La idea es fusionar el Caudal con Oviedo, el Nalón y el Oriente con Gijón y todo el occidente con Avilés. Para engrasar esta nueva organización sanitaria se implantará un sistema de trabajo en red que permita, además, coordinar mejor la actividad que realizan los profesionales de Atención Primaria y de Atención Especializada.

Eso conlleva, por otra parte, establecer unos protocolos comunes a todos los dispositivos sanitarios de la red pública. O dicho de otro modo: «No puede ser que los médicos de un área sanitaria sigan guías clínicas distintas a los de otra», precisan fuentes consultadas por este periódico. En definitiva, «las personas que se encarguen de organizar y gestionar las prestaciones sanitarias serán las mismas en Ibias o en la calle Uría», aseguraba la consejera de Salud, Concepción Saavedra, en una entrevista reciente con este periódico.

El borrador del futuro mapa sanitario de Asturias, que está abierto a posibles modificaciones en función de las propuestas ciudadanas y profesionales que puedan surgir, incluye informes sobre la realidad del Principado que trascienden lo puramente médico o sanitario. Se alude, por ejemplo, a la situación demográfica de la región, una de las más envejecidas de España. Incluso al tiempo que ahora tardan los asturianos en desplazarse de un concejo a otro gracias a las nuevas comunicaciones.

Que la sanidad pública asturiana se gestione desde Oviedo, Gijón y Avilés no significa que los hospitales comarcales vayan a quedar relegados. Se prevé, de hecho, que sus profesionales tengan una mayor conexión con los centros hospitalarios de referencia, es decir, con el HUCA, Cabueñes y el San Agustín. El objetivo: proporcionar formación, capacidad de reciclaje y posibilidades de desarrollo profesional a quienes ejercen en las zonas más periféricas de la comunidad autónoma.

De esta forma, se pretende matar dos pájaros de un tiro: ganar en calidad asistencial y conseguir cubrir los llamados puestos de difícil cobertura. Queda en el aire una idea que, aunque no se ha desarrollado en el borrador, cuenta con muchos partidarios en la Consejería de Salud: crear gerencias específicas para Atención Primaria, independientes de Atención Hospitalaria, aunque estrechamente coordinadas entre sí.