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SARA GARCÍA ANTÓN
GIJÓN.
Miércoles, 12 de abril 2023, 01:20
Más del 75% del territorio del Principado de Asturias es superficie forestal. 765.000 hectáreas que presentan diferentes niveles de cuidado, mantenimiento, limpieza... Casi 800.000 hectáreas que se han erigido en el centro del debate político a causa de la oleada de incendios que ha asolado Asturias y cuya limpieza tiene un coste. El Principado cifra en unos 1.000 euros el coste de limpiar cada una de esas hectáreas de superficie forestal. Es decir, casi 800 millones de euros si se acomete una limpieza de todo el territorio forestal. La Consejería de Medio Rural estima que como mínimo habría que acometer esa limpieza cada dos años; de manera anual entienden que resultaría económicamente inviable, aunque tampoco parece que sea sencillo reunir esa cantidad de dinero de forma bienal.
No es la única vía para poner coto a los incendios, que azotan Asturias desde la última semana de marzo. La reforestación y la introducción de cambios en el manejo del ganado también se plantean como mecanismos para ir sentando las bases para que cuando se produzcan incendios -tanto si son provocados como a consecuencia de fenómenos naturales- las consecuencias no sean tan devastadoras. Especialmente en una región en la que el valor productivo de sus montes supone el 55% de su valoración conjunta, aunque el uso recreativo ya es el 10% y el ambiental, un 35%, según recoge el Plan Forestal cuya tramitación ha paralizado el Gobierno del Principado precisamente por estos incendios.
214.000 hectáreas son terreno improductivo y matorral, según el borrador del Plan Forestal.
de la superficie forestal son especies frondosas El 14% son coníferas.
5% es el porcentaje de superficie arbolada quemada; en otras campañas apenas era del 2%.
es el valor productivo de los montes El uso recreativo es el 10% y el ambiental, un 35%.
Un documento que, junto con cómo establecer cortafuegos ante el avance de las llamas, volverá a ponerse sobre la mesa en un Consejo Forestal convocado de manera extraordinaria para este mismo jueves. Un encuentro en el que otros colectivos, como la Coordinadora Ecologista, aprovechará para exponer sus planteamientos respecto al Plan Forestal, que ven excesivamente centrado en un «uso industrial del monte». En cualquier caso, la idea es que el Plan Forestal incluya algún mecanismo de «lucha más activa contra el fuego», apuntan en el Gobierno regional; eso sí, sin olvidar que las competencias en materia de prevención de incendios son de la Consejería de Presidencia.
Los últimos incendios han acabado ya con en torno a un 5% de la superficie arbolada, un porcentaje elevado si se tiene en cuenta, indica el director general de Infraestructuras Rurales y Montes, Fernando Prendes, que hasta ahora cuando se producían este tipo de incendios, «apenas se llegaba al 2%». Reforestar, por tanto, se plantea como una de las líneas de trabajo. Pero hay que tener en cuenta múltiples factores para que estas actuaciones tengan el efecto deseado. Medio Rural, explica Prendes, aboga por reforestar con plantaciones de especies autóctonas, también con aquellas que son frondosas, como el castaño. Y, por qué no, apunta el director general, con eucaliptos allí donde ya los había. Extremo este último que los ecologistas rechazan con rotundidad. Temen que el Principado acabe sacando un plan que consideran se basa en «aumentar las plantaciones de 'Eucalyptus globulus' y autorizar las plantaciones de 'Eucalytus nitens', que es una especie con gran capacidad invasora» y que sobrevive bien a mil metros de altitud. La cordillera, teme la Coordinadora Ecologista, estaría perdida.
No lo entienden así en la Consejería de Medio Rural, donde consideran que cada municipio, cada zona, tendría que establecer sus prioridades y necesidades. No es lo mismo lo que precisará Valdés, donde no hay una ganadería de pastoreo, que Las Regueras, donde lo que ha ardido eran montes comunales, ejemplifican en la Dirección General de Infraestructuras Rurales y Montes. Por ello, lo idóneo, sería «consensuar» con ayuntamientos y vecinos lo que se vaya a plantar. Una suerte de planes a demanda «para no volver al modelo Icona de reforestación». Aumentar la superficie de pastizales que pueda optar a la PAC (Política Agraria Común) es otro de los planteamientos que estudia la consejería. Desbrozar más es asimismo una de las claves. Se cuenta ya, para este y el próximo año, con una partida de 2,5 millones de euros destinada a ejecutar desbroces.
Sí coinciden Administración regional y ecologistas en la necesidad de implementar cambios en el manejo del ganado. «Planificar» el pastoreo sería algo deseable, pero no parece que sea sencillo. Que aumentara el ganado caprino, apunta Prendes, sería un cambio. Pero en Asturias las cabras han ido desapareciendo, especialmente desde la década de los años cuarenta del pasado siglo. «No tenemos esa tradición, es difícil introducirlo», reconoce el director general sobre una actividad, la de cuidar cabras, que incluso fue adquiriendo un componente peyorativo. Aunque en aquellas zonas en las que las cabras hicieron su papel, los fuegos no pudieron avanzar. Como sucedió en esta ocasión en El Valledor, donde pasta un rebaño de unas 800 cabras.
En la Red Reader, su recientemente nombrado gerente, Juan Antonio Lázaro, también aporta al debate abierto para tratar de dar con las mejores soluciones. Parte, eso sí, de que la «nula diversificación ganadera» y el «desorden de la propiedad» son dos factores que contribuyen a avivar los fuegos una vez se producen. «El desuso del monte y la política forestal genera el abandono de muchas explotaciones poco rentables», añade el gerente de la Red Reader, que llega incluso a usar la palabra «mafia». «Gestión» es la palabra que repite Lázaro para abordar las soluciones al agro asturiano. «El monopolio vacuno es antitético con la producción de agroindustria necesaria para Alimentos del Paraíso», incide, además de apuntar que hay una serie de frutos, como el kiwi, las leguminosas y los cítricos, que generarían más rendimiento por hectárea. «Pero se siguen usando fondos de vega para forraje ganadero», diagnostica.
Mientras prosiguen las investigaciones para esclarecer lo sucedido y detener para llevar ante la justicia a aquellos que prendieron los fuegos, en Medio Rural sí lanzan un mensaje: «No hay que criminalizarse los unos a los otros», en alusión a que entienden que el daño que han causado estos incendios no favorecen a nadie. Ni a ganaderos, que además ayudaron a apagarlos; ni a vecinos, que perderán ingresos por ejemplo en el caso de los montes comunales; ni a las madereras, «la quemada valdrá menos...»; ni parece que respondan a una presión urbanística.
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