El Principado abrirá en los montes áreas que faciliten a los bomberos sofocar los incendios

El consejero de Fomento, Cooperación Local y Prevención de Incendios, Alejandro Calvo, ultima una propuesta de la que dejó pistas en el pleno del martes. A preguntas del PP reconoció que las llamas son «la mayor amenaza para nuestro patrimonio natural, recursos forestales, empleo y socioeconomía». Además de nuevos planes, normas y más presupuesto, anunció «una red de puntos estratégicos de la gestión de defensa contra los grandes incendios, la protección de los pueblos y la preservación de los espacios protegidos». «En las próximas semanas anunciaremos más de 15 millones de nueva inversión en limpiezas y puntos estratégicos de gestión», avanzó.

Fuentes de la consejería explican que para ubicar esas zonas se partirá de la lista de concejos declarados como «zona de alta recurrencia de incendios». La clasificación, fijada por una resolución de 2007 en vigor, detalla los 58 municipios que estadísticamente presentan más opciones de sufrir el próximo incendio. En ellos se «llevarán a cabo actuaciones de pastos con criterios ambientales y también se dotarán esos puntos estratégicos con infraestructuras para autodefensa y extinción», indican.

Su ubicación se elegirá teniendo en cuenta «la orientación principal de valles y laderas arboladas respecto de los vientos dominantes, a través de una simulación integral del territorio asturiano», amplían. Vendrían a complementar los cortafuegos clásicos con «áreas que permitan planificar una estrategia proactiva de acuerdo con el análisis del territorio, el régimen y el tipo de incendios en la zona».

El primer paso será, por tanto, localizar los enclaves más propicios para la respuesta ante las llamas y, después, se analizará en cada caso si se debe preparar el área modificando la vegetación a su alrededor, dotándola de puntos de agua, accesos o caminos. «Estas actuaciones buscan aumentar la probabilidad de que el incendio llegue y entre en capacidad de extinción para los dispositivos de extinción del lugar».

El concepto nació en 2011, de un trabajo de la Pau Costa Foundation, consagrada a analizar los incendios. Entre 2018 y 2019 hizo un trabajo sobre cómo mejorar la gestión de los fuegos en el suroccidente, en el que ya aconsejaba ir a este formato. La vigente Estrategia Integral de Prevención y Lucha contra los Incendios Forestales de Asturias 2020-2025 incluye entre las acciones con prioridad alta la «creación y mantenimiento» de dicha red.

La estrategia pide reforzar los cortafuegos, asumiendo que estas defensas «se están demostrando poco efectivas ante los grandes incendios forestales», esto es, todos los que pasan de las 500 hectáreas. En la última gran oleada de incendios ni siquiera un cortafuegos como la autovía del Cantábrico impedía que las llamas saltaran de un lado a otro de las calzadas.

Para mejorar la respuesta, la estrategia describe la red de puntos como «elementos del propio paisaje, capaces de constituir estructuras que faciliten y favorezcan las estrategias de extinción, generando oportunidades de intervención segura».