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alex fuente | GLORIA POMARADA| MÓNICA RIVERO | ROSANA SUÁREZ | Rubén Fariñas
Miércoles, 28 de octubre 2020, 13:45
A las 00.00 horas entraba hoy en vigor el cierre de Asturias. Nadie puede entrar ni salir de Asturias hasta que el Gobierno regional suprima esta medida, que tiene el objetivo de «salvar vidas», según explicó Barbón. La jornada se está desarrollando con absoluta normalidad. Agentes de la Guardia Civil realizan controles en diferentes puntos de la comunidad para que se cumpla el cierre. Asturias ya decretó el pasado viernes el cierre perimetral de Oviedo, Gijón y Avilés, las tres mayores ciudades de la región.
En las principales conexiones con la meseta esta primera jornada de cierre se desarollaba con absoluta normalidad. Tráfico fluido, sin controles de movilidad esta mañana, en la carretera del puerto de Pajares, la N-630. Misma situación es la que se registraba en la autopista del Huerna, la AP-66. Circulación «completamente normal» en esta calzada; así lo aseguraba un camionero, Carlos Solís, que procedía de Burgos y tenía como destino Llanera. «No me he encontrado un solo control en la entrada a la región», explicaba.
La misma situación se vivía hacia la parte castellano y leonesa. «Se ha notado muchísimo. Ya se notaba los fines de semana, pero hoy, circulación nada; camiones y poco más». Margarita, regenta la posada Venta Casimiro —que comparte frontera con el parador de Pajare— y cree que les afectará seriamente la medida. «Aquí de León no pueden pasar a Asturias, y a nosotros el paso nos viene muy bien; y lo mismo desde Asturias. Si no hay paso, aquí los fines de semana son para morir».
Desde la población castellano-manchega de Talavera de la Reina procedía otro profesional del transporte, Abel González, quien también entró al Principado por la autopista de peaje. «No me he encontrado con controles; el volumen de tráfico, tanto de camiones como de turismos, era el habitual», comentaba poco después de las 10.30 horas, cuando hizo una parada en la gasolinera a la altura de Villallana. «Donde sí hay controles es en Madrid; ahí paran a todos los coches. Y seguro que me encontraré con dispositivos de control cuando llegue a Oviedo, mi destino», añadía. No obstante, apuntaba a que los efectivos policiales no suelen detener a los vehículos de transporte.
«Campomanes y todo el concejo de Lena es un lugar de paso, la economía depende de la gente que para en nuestros negocios. Hoy apenas se detuvo nadie». Manuel González está al frente del Asador Campomanes, justo al lado de la carretera nacional 630, en el inicio del puerto de Pajares para quien se dirige a León y la llegada para el que viene de la provincia vecina. «Dependemos mucho de esos viajeros que hoy ya no llegaron por el cierre perimetral; sí, se venden cafés a los del pueblo, pero esto es un batacazo», explicaba. En el interior del local, casi vacío en algunos momentos, se encuentra barra precintada. «A ver si esto acaba de una vez».
Misma preocupación es la que se expresaba en la gasolinera que se encuentra junto a la A-66, a la altura de Villallana. Se trata de un punto para el repostaje de todos los vehículos que proceden tanto del puerto de Pajares como de la autopista del Huerna. «Ha bajado mucho la facturación, más de un 50 % respecto a la semana pasada; la reducción de ventas ya comenzó a notarse hace unos días, pero hoy mucho más», se explicaba desde este negocio.
El municipio también es destino turístico con una amplia oferta de alojamientos rurales que tenían expectativas de hacer una buena ecuación con los aficionados al ciclismo; este domingo la Vuelta Ciclista llega a L'Angliru. «Hamos registrado una avalancha de cancelaciones, no sabemos qué va a pasar. Estamos al límite, porque este cierre perimetral nos supone un cierre encubierto del sector. Que lo hagan oficial para que podamos, al menos, acceder a alguna ayuda», se lamentaba Luis Núñez, de los apartamentos rurales San Feliz.
La primera mañana de controles a la salida de Oviedo para garantizar el confinamiento perimetral de la ciudad se vivió con calma y buena predisposición por parte de ciudadanos y autoridades, que destacaron el correcto cumplimiento de la normativa por parte de los asturianos. Los movimientos injustificados se contaron los los dedos de la mano, pero no fue necesaria la imposición de sanciones.
Policía Nacional y Guardia Civil desplegaron varios efectivos alrededor de las doce del mediodía para mantener el cierre de la capital. Su objetivo principal en el día de hoy: informar a la población. La Benemérita dispuso su segundo dispositivo en la rotonda de La Manjoya, en la N-630, tras una primera comprobación en San Esteban de las Cruces. El control, que concentró a más de una decena de agentes, duró tres cuartos de hora y dio el alto a la gran mayoría de los vehículos, especialmente a los turismos particulares. Por su parte, la Nacional se apostó en la N-634, a la salida oeste, y realizó comprobaciones aleatorias con las que evitó cualquier perjuicio al flujo del tráfico.
La mayoría de los movimientos durante la mañana correspondieron a trabajadores y personas con justificantes médicos. Tanto Policía como Guardia Civil subrayaron a los conductores la importancia de acreditar la razón de su traslado, ya sea a través de una autorización por parte de la empresa empleadora, el último recibo de la cuota de autónomos o, en el caso de las cuestiones sanitarias, la citación o el volante médico. También se paró a ciclistas y se les recordó que tan solo aquellos que estén federados podrán circular más allá de los cierres.
Ambos cuerpos realizarán durante los próximos días controles aleatorios donde se requerirá la documentación pertinente y se velará por el cumplimiento del cierre perimetral.
En el límite con Cantabria por el Oriente, la primera jornada de cierre deja la misma estampa que antes de las medidas: vecinos cruzando entre comunidades para hacer recados y acudir a sus puestos de trabajo. En Bustio y Unquera encaraban las nuevas restricciones con temores que esta mañana han quedado despejados, pues no han encontrado controles para cruzar el puente sobre el Deva. En Unquera el miércoles es de hecho día de mercado y el ir y venir de asturianos ha sido constante. «Dependemos de Unquera para ir a comprar, nos tenían que hacer algún papel», señaló Conchi Gutiérrez, de Bustio. Al mercado cántabro acudió con «cuidado y mascarilla» y ya de vuelta portando el producto más demandado en esta semana de Difuntos, las flores. Con varios ramos regresó a Colombres Amparo Sánchez, que dejó el coche en la orilla asturiana y pasó el puente caminando «por si luego no dejaban volver». María Dolores Gayo, de Bustio, tampoco se encontró con controles por el cierre, una medida que respalda. «La otra vez sí te preguntaban a qué pasabas. A la carnicería, la pescadería o el banco tienes que ir a Unquera aunque no quieras», recordó.
«La gente está viniendo igual, es lo más cercano que tienen para las flores», explicó desde su puesto en el mercado el cántabro Rubén Villar, de Viveros Villar. No obstante, reconoció que el «miedo a no poder pasar» motivó cancelaciones de pedidos de Asturias. Habitual también de los mercados de Llanes y Colunga, explicó que tiene ya lista la documentación para desplazarse: «En el confinamiento hice repartos en Asturias y enseñaba el recibo de autónomos», indicó.
También José Mínguez, con puesto de alimentación, recorre mercados de Cantabria y el Oriente asturiano, como los de Posada, Colombres y Cangas de Onís. «Como podemos circular para trabajar espero no tener problema», señaló. Con los «papeles de covid» ya listos «por si acaso», no prevé alterar su actividad. «Como trabajamos con gente muy local tampoco se nota diferencia de ventas, aunque sí veo que va fallando la gente mayor, que baja solo de vez en cuando y con miedo», contó. Pedro Gómez, vendedor de cupones en la zona de Unquera, percibió «menos gente», una pérdida que dijo aceptar «si es por salud».
Las primeras horas de cierre perimetral de Asturias se están desarrollando con normalidad en los municipios del Occidente asturiano. Los agentes de la Guardia Civil establecieron esta mañana del miércoles un dispositivo para el control de las medidas decretadas para frenar la pandemia de la covid-19 en la N-640, que comunica Galicia con Asturias a través de Vegadeo. Lo hicieron en diferentes franjas horarias. De este modo, se trata de verificar el cumplimiento de la limitación de movimientos por parte de la ciudadanía haciendo las indagaciones que consideren pertinentes.
Desplazamientos para cumplir con las obligaciones laborales como es el caso de una vecina de Valdés que acude cada día a trabajar al Hospital da Costa de Burela (Lugo), transportistas que desde la provincia de Lugo llegaban a Asturias para hacer entrega de su mercancía, empresas de paquetería y algún conductor que se desplazaba a Vegadeo desde los pueblos vecinos fueron los casos que hoy se encontraron los agentes. Fuentes policiales recalcan la importancia de circular con un justificante y evitar así sobresaltos. Los conductores debían de explicar el motivo que justificaba su desplazamiento y mostrar el documento que así lo acreditase. En la mayoría de los casos los agentes se limitaron a recordar las medidas y a advertir de las posibles sanciones.
El alcalde de Vegadeo, César Álvarez, mostró esta mañana su temor al impacto económico que puede causar el cierre perimetral de la región. «Al Occidente de Asturias nos quitan un lado del puente, a la economía le va a dar un buen sopapo, tanto para un lado como para el otro», lamenta. Afirma que es normal que haya control hoy en Vegadeo porque es el primer día de restricciones de movilidad, pero cuenta que no han pedido refuerzo policial para los próximos días. Destaca el compromiso que tiene la población en la zona a la hora de cumplir las medidas y habla de las buenas cifras registradas en el concejo con ocho casos registrados en la segunda ola, dos de ellos en los últimos siete días. «Casos tiene que haber porque hay mucha movilidad para ir a ver a los familiares, pero hay que evitar que esos casos se conviertan en brotes. De esos casos registrados, dos no sabemos quiénes son, nos los metieron a calzador porque pueden estar empadronados aquí y estar confinados en Oviedo», aclara el regidor. Con una incidencia baja por 100.000 habitantes, Álvarez lamenta que las medidas afecten de igual modo a todo el territorio.
La vida continúa con tranquilidad en los municipios más occidentales, los vecinos de la zona aceptan las medidas. «Esto ya lo vivimos en marzo. No queda otra que adaptarse a la situación», comentaba Ana García, que estaba allí por motivos familiares. Durante el transcurso de la mañana se pudo comprobar poco movimiento de gente en Vegadeo, vecinos que hacían la compra en el supermercado, acudían al banco para realizar gestiones o entraban en los establecimientos hosteleros y en los comercios locales como cada día.
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