El Ejecutivo no ha tenido problema en volver a sacar adelante los presupuestos, y van tres de tres en esta Legislatura. Los apoyos no han sido tan numerosos como hace un año pero la mayoría ha sido holgada, 26 votos favorables de 45. Ninguna de las enmiendas parciales que habían llegado al Pleno de hoy prosperaron, aunque dejaron por el camino apoyos que pudieran parecer sorprendentes, los de PP y Podemos votando conjuntamente en buena parte de ellas, y el diputado de Ciudadanos, Armando Fernández Bartolomé, que se saltó la disciplina de voto de la formación y se abstuvo.
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El presidente regional, Adrián Barbón, quien volvía al Parlamento, tras su baja por la covid, celebró «con profunda emoción» que se hayan aprobado «los mayores presupuestos de la historia» y agradeció el apoyo de Ciudadanos e Izquierda Unida, pero también la abstención de Podemos.
Con la luz verde de la Junta, el Ejecutivo ve como salen adelante unas cuentas que proponen un récord de gasto: 5.324 millones, unos 116 más que las actuales. La inversión se expande hasta los 624 millones, un 29,2% más que este curso, y el gasto social supone el 65% del total. Y, además, contempla un punto que fue polémico, la solicitud a la Junta General para que autorice al Consejo de Gobierno a «adquirir una posición mayoritaria» en Sogepsa, que pasaría a ser pública tras reducir un 50% su deuda. Precisamente, una de las enmiendas en la Ponencia, el miércoles, fue garantizar que el parlamento seguiría teniendo el control, y atendiendo a una de las advertencias hechas por los letrados de la Cámara.
Nadie dudaba de que esta mañana las cuentas salieran adelante, pero quedaba por ver cuál era el posicionamiento final de algunos grupos. Ciudadanos fue el que más tardó en deshojar la margarita. Desde hace días que el voto en contra no era una opción, pero quedaba por ver si finalmente la balanza se decantaba por la abstención o el sí. Cayó del lado de este último. El portavoz adjunto, Sergio García, advertía al Gobierno: «Le hemos dado la gasolina, pero ustedes conducen el coche. Seguiremos fiscalizando su cumplimiento». Porque si algo ha llevado a la formación naranja a sumarse a este pacto es la satisfacción con el cumplimiento del ejercicio presente, al que también dieron su apoyo. «Seguiremos fiscalizando su cumplimiento». García destacó que su apoyo supondrá que no se suban impuestos ni nuevas cargas impositivas, que no haya recursos economicos para la oficialidad, se incluyan medidas que reactiven la economía y el empleo, y aportaciones para la cobertura social para las familias. El portavoz de Ciudadanos se reivindicó como liberal, y sobre las críticas hacia su formación, añadió: «Este muerto está muy vivo, al menos hasta 2023».
La otra duda estaba en Podemos, después de que tres de sus diputados anunciasen que iban a abstenerse, y el portavoz, Daniel Ripa, mantuviese la incertidumbre hasta el final exigiendo que esto lo decidiese el Consejo Ciudadano, como en ocasiones anteriores. Finalmente, todos votaron en bloque, tras un alegado de Ripa en el que hizo una defensa de los pactos de izquierdas. A Adrián Barbón le espetó que «no vale mirar para otro lado, y que se imponga la posición del más fuerte para no cambiar nada en Asturias».
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La formación morada votó conjuntamente con el Partido Popular en buena parte de las enmiendas presentadas por estos. Los dos partidos habían mostrado su sintonía en dos propuestas desde hace días: la reivindicación de la gratuidad y universalización de la educación de 0 a 3 años, y la inversión de 10 millones en el Suroccidente, que se convirtió el protagonista del debate. El portavoz adjunto del PP, Pablo González, fue especialmente duro con el Ejecutivo a quien acusó de «no tener vergüenza política» y aconsejó que «vaya en coche blindado cuando viaje a esa zona». González criticó que Adrián Barbón no haya recibido a los centenares de personas de suroccidente que se manifestaron hace unos días frente a Presidencia y recriminó que se haya votado contra la enmienda propuesta del Partido Popular.
El popular cargó contra Ciudadanos, a cuenta de su apoyo a las cuentas. «Está desintegrado y arrastrado a toda Asturias consigo. Un millón de asturianos pendientes de un grupo en desintegración que les pega una puñalada» dijo Pablo González, quien pronosticó que «les va a pasar factura, seguro». El PP argumentó su voto en contra de la misma forma que viene haciendo en las últimas semanas, porque «no es ni bueno ni malo, es mentir», reiterando que se parte de unos indicadores económicos que no son así. «La Legislatura se acabó hoy porque somos presos de un mal presupuesto que nos roba el futuro a todos y condena a esta región a una muerte lenta», sentenció González.
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El otro partido que presentó enmiendas fue Foro, en este caso divididos, por un lado su portavoz parlamentario, Adrián Pumares, y por otro el diputado expulsado del partido, Pedro Leal. Pumares, que cambió su voto respecto a acuerdo alcanzado hace un año, rechazando las cuentas de este año, adujo que «es lo opuesto a la mejor Asturias que nos prometieron en campaña electoral» y lamentó que las conversaciones «no han tenido en mente al Principado sino la conveniencia, comodidad e intereses partidistas». Por su parte, Pedro Leal, que arrancó denunciando a quienes le quieren «silenciar la voz» criticó «las tendencias nocivas del presupuesto que provocarán una Asturias en retroceso».
Vox, que no presentó enmiendas parciales, fue la formación más dura con las cuentas. La diputada Sara Álvarez Rouco las tildó de «fracasadas» y «continuistas» y que «reafirmarán unas políticas tremendamente lesivas para los asturianos, especialmente para las familias más vulnerables, a las que han dejado atrás porque su escudo social ha resultado una farsa». «Sigan adelante manteniendo el Gobierno más caro de la historia mientras Asturias sigue a la deriva. Sigan escondiéndose detrás de argumentos tan absurdos como que nosotros hemos venido a dinamitar el Parlamento, que producimos horror, que cómo nos atrevemos…», subrayó la diputada.
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IU fue el primero en llegar a un acuerdo con el PSOE aunque, la portavoz parlamentaria volvió a reivindicar su voto como un «sí distante». Ángela Vallina dijo que su pacto es fruto de haber escuchado a los sindicatos CC y UGT y la firme creencia de que se contribuirá a «impulsar el proceso de recuperación económica y transformación del tejido productivo de Asturias». Además, la portavoz de Izquierda Unidad invitó a llamar a las cosas por su nombre y que «lo que es izquierda, es izquierda, y derecha es derecha» y afirmó que gracias a ellos «somos decisivos para superar la deriva del ejecutivo para conquistar el centro derecha».
Desde el PSOE, Luis Ramón Fernández Huerga, explicó el por qué de no aceptar la enmienda sobre el Suroccidente y es porque la estrategia que defiende el Ejecutivo es que sea el Gobierno del Estado quien haga esa inversión. «No es una posición demagógica sino de las cosas que se pueden hacer y pensar en soluciones». Fernández Huerga subrayó que «aprobar las cuentas no es algo menor, y es el tercer fracaso del PP». El propio presidente Adrián Barbón dijo que los presupuestos son «transversales» y reivindicó las inversiones del Ejecutivo en el Suroccidente.
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