La presión de Ayuso dificulta que Asturias logre ampliar la gratuidad de los billetes

La estrategia es clara. Quedan 97 días para las elecciones autonómicas y Barbón y Revilla se juegan la reelección. Quieren aprovechar el escándalo nacional desatado para regresar a sus territorios con «un punto de inflexión» para Feve, algo que marque un antes y un después. Anoche ambos cenaron juntos para preparar la reunión. El listón se ha puesto tan alto que todo lo que se sea palabrería inconcreta defraudaría las expectativas creadas.

Desde el punto de vista de Transportes, la propia ministra está abierta a ejecutar más ceses. Ha dicho en sede parlamentaria que depuraría responsabilidades «una a una hasta las últimas consecuencias». Hay una auditoría en curso y en el ministerio cuaja cierto malestar con Renfe que podría desembocar en una cierta reordenación de la empresa.

Raquel Sánchez ha comprometido medios para acelerar tanto como sea técnicamente posible la fabricación de los trenes encargados a CAF; esa prioridad ha quedado materializada en la orden ministerial publicada el sábado en el Boletín Oficial del Estado y que blinda jurídicamente el método con el que se reajustarán los diseños de los trenes. La presión política seguirá siendo necesaria para tramitar con urgencia el modificado de contrato y acelerar la homologación.

Más difícil es satisfacer la reclamación de ampliar la gratuidad de las cercanías. Supondría crear un precedente para el resto de comunidades. Cabe recordar que el de Asturias y Cantabria no es el único incendio ferroviario que atiende el ministerio. El jueves una avería eléctrica en las cercanías de Madrid dejó aislados a cientos de miles de viajeros, algunos dentro de los trenes, en túneles a oscuras. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que está bajo presión por la huelga sanitaria, reaccionó con un ultimátum a Transportes: exigió una reunión inmediata con la ministra y una inversión de 2.000 millones, o amenaza con ir a los tribunales.

Conscientes de esos frentes, el viernes se reunieron el consejero asturiano Alejandro Calvo y el cántabro José Luis Gochicoa. Al término de la cita el segundo hablaba ya de la alternativa de «bonificar» las tarifas. Consideran que si no es posible una gratuidad a la vista del resto de comunidades, sí hay maneras de subvencionar o congelar los billetes.

Todo indica que la clave de la respuesta ministerial pasará por actualizar y concretar mejor sus plazos para los planes de cercanías que tiene en ambas comunidades y que rondan en conjunto los 2.000 millones: 997 en Asturias y 970 en Cantabria.